Desde el Inicio de la campaña a la gobernatura del estado, el candidato del PRI presumia una ventaja de 23 puntos sobre su contrincante Rafael Moreno Valle, asi se la llevó por las primeras tres semanas, lo repetia tanto que se la creyó.
Despues de tres semanas de campaña, una encuesta (que no fue pagada por el PRI) puso a tiro de piedra a los 2 candidatos: casi empate técnico, o sea, si el PRI tenia 23 puntos de ventaja, Moreno valle le comio mas de 15 puntos en 3 semanas.
Haciendo un analisis de lo sucedido, en las reuniones de estrategia, creimos que lo mas factible para el PRI no era hacer bien las cosas para revertir la tendencia, no, Dios nos libre, lo que creimos era que pagarian una encuesta "infladita" para revertir la percepcion del votante, no los resultados.
Que sucedio?
A Mitofsky le pagaron por la farsa y hoy publican una encuesta que de por si, esta increiblemente manipulada por los resultados que arroja...
no tenian otra cosa que hacer?
Las encuestas en época de elecciones, son arma política. Desde las precampañas se utilizan para espantar al adversario e influir en electores indecisos.
Se hacen anuncios espectaculares dando a conocer supuestos resultados favorables a tal o cual candidato; el adversario responde con otras encuestas que le son favorables. Los encuestadores dan a conocer la técnica que siguieron para llegar a los resultados que presentan, técnica que solo ellos entienden.
Las encuestas bien hechas sirven para medir la opinión pública sobre un candidato, una propuesta o un hecho determinado, pero utilizadas como arma política, no dicen gran cosa.
Además, los resultados no pueden ser confiables puesto que las campañas, por ejemplo en Puebla, apenas se inician. Si el candidato más fuerte dice que lleva tantos puntos arriba, los encuestadores del lado contrario reducen la ventaja y dicen que ya lo va alcanzando.
Es una guerra mediática para engañar a los tontos.
No hay que descalificar a las encuestas, en muchos casos son orientadoras, pero no cuando se utilizan para impresionar a electores mal informados y a políticos primerizos.
Si las encuestas revelaran realmente el sentir de los ciudadanos, si se hicieran con el profesionalismo que este tipo de trabajos exigen, serían bienvenidas; pero su objetivo es manipular la opinión pública, es engañar, es sacar provecho de una mentira.
Las encuestas son ahora, una moda política. Ya pasará, como pasan todas las modas y entonces dejarán de ser utilizadas como propaganda y se harán con la debida seriedad y profesionalismo y serán confiables, pero ahora son solo motivo de chismes y rumores, no hay que hacerles caso.