Entre otras cosas, porque...
Contrario al escenario de victoria anticipada y arrolladora que los panegíricos tricolores pregonan desde hace semanas, y a la cantada ventaja de 23 puntos que Zavala presume por doquier, las trece semanas restantes de aquí al 4-J presagian convertirse en las más emocionantes de nuestras vidas.
Las coordenadas dibujadas hasta ahora será un auténtico choque de fuerzas nacionales contra locales por apropiarse del nada despreciable pastel de 50 mil millones de pesos al año. No podría ser de otra forma: casi por completo las fuerzas económicas, políticas y mediáticas poblanas se encuentran volcadas a favor del candidato tricolor a la gubernatura, precisamente por ser ellas beneficiarias directas del sexenio marinista. Constructores poblanos e intermediarios de farmacéuticas se apropiaron del presupuesto, excluyendo naturalmente a las grandes empresas nacionales a las que no tocó ni siquiera una migajita. Y ahora ellas, directamente por la revancha, se han erigido en el soporte financiero de Rafael Moreno Valle, quien les ha prometido el oro y el moro.
Desde hace meses, Moreno Valle tramó el acercamiento con grandes empresarios nacionales y farmacéuticas gracias a la posición privilegiada de su padre —Presidente de la Fundación UNAM—, así como con empresas de la construcción a las que Javier García Ramírez no les dio ni un tramito a costa de volver millonarios a personajes como Edgar Nava u Óscar García.
Un caso paradigmático de empresarios nacionales “despreciados” es Carlos Slim Helú, el hombre más rico del mundo según la revista Forbes pero que en el sexenio marinista nada más no recibió contrato alguno, sino que incluso perdió. Debemos recordar que a principios de sexenio la voracidad novata del subsecretario de Administración Jorge Mendoza Velarde provocó que a Telmex se le cancelara el contrato de servicio telefónico de todo el gobierno estatal para entregárselo a Axtel. El escándalo fue mayúsculo, sobre todo porque el gobernador Marín se entrevistó con el Ingeniero Slim en sus oficinas de Palmas. El gobierno entonces debió crear dos contratos paralelos para remendar la pifia: uno para Telmex y otro para Axtel. Pero el daño estaba hecho: ninguna de las empresas del Grupo Carso, y tampoco sus Fundaciones altruistas, dirigieron un peso a la entidad.
¿Cuánto gastó al año la administración marinista en obra pública? Por lo menos 8 mil millones de pesos. ¿Cuánto de esa cantidad fue para los grandes consorcios como ICA e IDEAL? Nada. Ni medio centavo. ¿Cuánto están dispuestos a invertir esas empresas en Moreno Valle para que ahora les toquen contratos de obra? Mucho, muchísimo dinero.
Ahora apliquemos el mismo razonamiento a las grandes farmacéuticas y empresas de material médico. ¿Cuánto medicamento compra al año el gobierno con los recursos del Seguro Popular y el Isstep? Por lo menos cinco mil millones de pesos al año.
¿Y los medios nacionales de comunicación, en especial Televisa y TV Azteca? Aunque después del escándalo Cacho recibieron millones, Moreno Valle les ha ofrecido más gracias a las espléndidas relaciones de su papá. Para muestra, ayer en el clásico América-Chivas ya aparecieron los diferentes modelos de publicidad de la Alianza Opositora, y los de Zavala brillaron por su ausencia. Y esto no es un accidente, sino que los ejecutivos de ambas televisoras tienen un candidato que es Moreno Valle. Y no descarten que sea por ahí donde suelte la bomba que destruya el escenario inercial. En esas negociaciones también participó Jorge Kawaghi, dirigente nacional de Nueva Alianza, quien por cierto busca el negocio de las licencias de conducir a través de su empresa Cosmocolor.
Para no hace el cuento largo, ahí donde el gobierno contrata, compra o construye, hay empresarios nacionales dispuestos a invertir en la candidatura morenovallista porque saben que de ganar Zavala se impondrá el modelo continuista, es decir, los mismos que vendieron, contrataron y construyeron en el sexenio de Marín lo harán en el próximo periodo. Son los llamados inversionistas de la democracia, también conocidos en la teoría como grupos de presión.
Por el contrario, los grandes empresarios poblanos y los beneficiarios locales del erario, incluidos los dueños de los medios de comunicación, están apostados a favor de Javier López Zavala porque es su propio interés. Pero se trata de empresarios acomodaticios que, por si fuera poco, invierten modestamente en la democracia. En cuanto los números de las encuestas empiecen a emparejarse, correrán en tropel al cuartel general morenovallista, en donde serán recibidos por Fernando Manzanilla Prieto, flamante coordinador general de la campaña.
¿Qué producirá el choque de fuerzas nacionales contra locales? El escenario de momento luce parejo. Por ejemplo, un ataque de los medios nacionales puede ser diluido por los medios locales incondicionales de Zavala. Pero en 13 semanas, o por lo menos por allá de la semana 7 podría observarse una nueva correlación que modifique el resultado final. Mucho sucederá todavía en las semanas por venir.
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