La foto que publica hoy en portada el diario CAMBIO es una prueba extraordinaria y fidedigna que confirma la existencia del triunvirato de la desestabilización: José Juan Espinosa, Refugio Rivas y el mesías tropical, Andrés Manuel López Obrador. Pese a que en su mitin de Atlixco procuraron mantenerse distantes en el presídium, las intenciones oscuras terminaron por reunirlos y ahí estuvo CAMBIO para obtener la valiosa gráfica que confirma la información ofrecida en este espacio hace apenas una semana: los esfuerzos del presidente legítimo para provocar caos en la entidad como el marco que le permita ganar votos en el 2012. Los signos ominosos llegaron tras la agresión de los radicales del SME en Huauchinango al gobernador Moreno Valle, pero la información sobre la reunión en casa de Refugio Rivas con maestros de la sección 22 de Oaxaca, más representantes de los mototaxistas, vendedores de La Fayuca y algunos extraviados más, eran la punta de lanza para provocar un conflicto social artificial. Su articulador es el embajador de los intereses de la izquierda dogmática, José Juan Espinosa, quien lanzaba críticas y puyas un día y al otro también hasta que se encontró a Sergio Ramírez, un hueso duro de roer. Los triunviros, sin embargo, fueron atajados a tiempo.
Dice Maquiavelo que no hay poder sin firmeza. Frente a la opción de un pluralismo falsamente tolerante, la administración morenovallista atajó con mano firme la exportación de conflictos que nada tienen que ver con la entidad. Por supuesto que el gobierno morenovallista tiene la obligación de responder las necesidades sociales de los poblanos, pero tampoco debe atender los sueños de poder de unos triunviros que se sueñan con poder infinito, cada uno en su nivel. López Obrador como el Fidel Castro del siglo XXI, José Juan Espinosa como el mesías local y Cuco como el eterno cacique de su ratonera en el Cobaep. Modernos Calígulas, cada uno terminaría nombrando a su caballo como asesor plenipotenciario.
Los triunviros, en su alocada alianza, se desinflan. Una buena operación política e interlocución en la Secretaría General de Gobierno limaron asperezas con los rijosos miembros del SME, quienes pidieron apoyo del gobierno en forma de proyectos turísticos y productivos. La base social de Refugio Rivas fue destruida con la sustitución de directivos en el Colegio de Bachilleres, por lo que apenas llegó ayer a Atlixco con un contingente de 50 maestros. Para atender prioritariamente los intentos de desestabilización, el gobierno frenó de momento el conflicto con otros grupos sociales como los mototaxistas. Así que López Obrador volvió a su realidad: no más de 3 mil personas en el mitin del tabasqueño, una cifra que nunca le alcanzará para ganar la presidencia (real).
La gráfica quedará ahí para la historia, un elemento para comprobar que el buen periodismo encuentra sus pruebas más tarde que temprano. Cuco, López Obrador y José Juan, las fuerzas que quisieron calar al morenovallismo, en una gráfica eterna. Y vaya que les respondieron con mano dura.
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