Esta lluvia de meteoros ocurre anualmente a mediados de agosto, cuando los fragmentos rocosos del cometa Swift-Tuttle ingresan en la atmósfera terrestre y se precipitan a grandes velocidades. En la caída, las rocas se encienden y aparecen luminosas en el cielo, y para este año se prevé que el pico de mayor actividad (se apreciarán más meteoros por hora) será la madrugada del sábado.
"El atractivo de este evento es que no se necesita ningún tipo de equipo, como binoculares o telescopios para observar los meteoros", comentó Marcy Malavasi, presidenta de la Asociación Costarricense de Astronomía (Acodea).
Aunque son visibles a simple vista, la Luna llena y el clima podrían opacar el espectáculo cósmico este año, aclaró Malavasi.
Los meteoros más pequeños serán difíciles de observar por el alto brillo de la Luna, que estará casi llena (se 'completará' este sábado).
Para apreciar mejor las perseidas, Malavasi recomienda "buscar lugares oscuros, donde no haya luces directas de alumbrado público o casas".
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