Al escuchar a Peña Nieto en su toma de protesta, no pude evitar sentir, como mexicano, una profunda indignación por las palabras emitidas por el candidato que tuvo que utilizarteleprompter para rendirla. Déjeme decirle que el PRI y sus candidatos una vez más me sorprenden por su inmensa capacidad de fingir demencia, y la desfachatez con la que salen a la opinión pública asegurando una serie de patrañas. Peña Nieto, como un paciente con Alzheimer severo, habló de terminar con el “mal gobierno”, olvidando que él proviene de un partido que estuvo 70 años en el poder y no pudo o no quiso sacar adelante a este país. Más aún, omitiendo que él fue gobernador del estado de México y que tras su gestión dejó pésimos resultados en dicha entidad. De verdad fue el colmo del cinismo. Lamentablemente, y digo lamentable para la política de este país, el tricolor no ha cambiado en nada, porque jamás aprendió la lección que le dieron los mexicanos, y ahora con un tufo de soberbia se presentan ante nosotros, diciendo que ahora sí “ya saben cómo gobernar al país”.
Como no me gusta afirmar sin argumentos, comparto con usted algunas precisiones históricas que el esposo de Angélica Rivera debió recordar. El señor habló de violencia, de sangre, y de las víctimas del combate contra el crimen organizado, olvidando que el gobierno federal combate a los delincuentes que secuestran la libertad de los mexicanos, cobardes asesinos que en el pasado se ponían de acuerdo con los gobiernos tricolores para traficar libremente –conste que son las palabras dichas por Sócrates Rizzo-. Y Peña olvidó mencionar que de 2005 a 2010, periodo en el que él gobernó el estado de México, se cometieron 954 homicidios violentos contra mujeres en dicha entidad, un promedio de dos asesinatos diarios, de los cuáles más del 50 por ciento no fueron esclarecidos; se reportaron 4 mil 773 denuncias por violación en tan sólo año y medio; el secuestro aumentó en un 273 por ciento y el robo de autos se incrementó en un 51.8 porciento… en fin, el estado de México ocupa los primeros cinco lugares en cualquier tipo de robo con violencia.
Otro de los temas que Peña criticó fue el de la educación en México, y olvidó, una vez más, que fueron ellos los que fomentaron tantos años de corrupción – él dejó al estado de México en el segundo lugar de corrupción a nivel nacional-, de prácticas de coyotaje en el sistema educativo. Fueron ellos quienes no supieron cortarle la llave del poder a un sindicato que defiende más los intereses gremiales que los del sistema educativo. Con los gobiernos panistas, en cambio, se han dado avances importantes: en 1990 el porcentaje de la población de 6 a 14 años que asistía a la escuela era del 85 por ciento, en el 2010, durante los gobiernos humanistas del PAN esta cifra era del 95 por ciento. Hoy todos los niños en edad de primaria tienen asegurado su lugar en la escuela; la población de 15 a 24 años que iba a la escuela en 1990 era del 30 por ciento, en el 2010 fue del 40 por ciento. Los gobiernos del PAN han dado 6 veces más becas que los gobiernos priistas, seis millones de becas en promedio por ciclo escolar. Por supuesto que faltan reformas estructurales para seguir avanzando, y en Acción Nacional queremos ganar la presidencia y la mayoría en el Congreso de la Unión para realizarlas, y para terminar de una vez y por todas con tantos vicios de antaño.
Enrique también habló de la pobreza e indigna el nivel de hipocresía con la que el candidato del partido que sumió a México en el atraso y las carencias, te dice que ahora sí piensan en los que menos tienen, y más aún, que no reconozca que en los tiempos del PRI ni siquiera se sabía cuántos pobres habían, porque no existía un organismo que lo midiera. Hoy el Coneval nos permite saber en qué se tiene que mejorar. Es cierto que tras una grave crisis económica mundial, la pobreza en nuestro país pasó de 44.5 a 46.2 por ciento, pero también es cierto que gracias a programas exitosos como el Seguro Popular y Oportunidades, se redujeron las carencias sociales de salud, de servicios básicos de vivienda y de educación, y se pudo contener la pobreza extrema a nivel nacional –pobreza que es el más grande legado de los gobiernos priístas-. Y mientras en el país se contuvo el crecimiento de la misma, en el Estado de México aumentó de 6.9 a 8.2 por ciento de 2008 a 2010, es decir 214 mil personas más en pobreza extrema, el mayor incremento a nivel nacional.
La cuestión de la economía y el empleo también fue tema de crítica en contra de los gobiernos panistas, y usted y yo sabemos que fue la bancada del PRI a nivel federal la que frenó la reforma laboral tan necesaria para el crecimiento de México. Y se le olvidó a Peña que de enero a noviembre de 2010 se crearon a nivel nacional 962 mil empleos formales, la cifra más grande de la historia, y en otro episodio de su enfermedad, omitió decir que cuando él recibió al estado de México, éste tenía una tasa de desocupación del 4.6 por ciento, y que en enero de 2011 la tasa era de 6.26 por ciento. Asimismo olvida, cosa que los mexicanos no olvidamos, que al inicio del sexenio de Miguel de la Madrid, el kilo de tortilla costaba 3 pesos y al final del mismo terminó en 89 pesos, la leche y la electricidad subieron 30 veces su valor. Durante las crisis internas de 1982 y 1994 muchas familias perdieron sus casas porque las deudas se hicieron impagables.
Es increíble que una persona que evidenció su ignorancia en literatura y en el monto del salario mínimo, piense que puede llegar de buenas a primeras a gobernar este país. Nosotros sí nos lo tomamos en serio. Hoy tenemos un presidente de la República que ha sido reconocido como “estadista global” por la opinión pública internacional; los del tricolor quieren que llegue a la primera magistratura un actor de televisión, que necesita guión y teleprompter para gobernar. Acción Nacional como partido responsable y humanista, ha enfocado todos sus esfuerzos en generar mejores condiciones de vida para los mexicanos; es cierto que aún falta mucho por hacer, que ha habido errores, lo hemos admitido, pero somos el partido que tiene claro lo que queremos para México y cómo vamos a lograrlo. No es fácil reconstruir una casa que fue saqueada y destruida por 70 años por los anteriores inquilinos, pero todos, todos los que vivimos en este país, hoy lo estamos logrando, tenemos cimientos fuertes y vamos a terminar de consolidar la casa de todos los mexicanos.
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