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sábado, 29 de septiembre de 2012

los F5 mexicanos: parte del arsenal militar de nuestro país...



Aqui en Tlaltenango por los últimos 3 años los hemos tenido como visitantes habituales: en la celebracion del 5 de mayo, en su camino a Tehuacán,  Oaxaca o la Base Aérea Militar no. 1 de Sta Lucia en Edomex... pero, que son los F5?

Desde hace 30 años los aviones conocidos como F5 supersónicos de la Fuerza Aérea Mexicana se han encargado de salvaguardar ininterrumpidamente el espacio aéreo mexicano de cualquier amenaza o invasión de aeronaves extranjeras o ilícitas que busquen vulnerar el sistema nacional de vigilancia.

Los F5 pesan siete toneladas y tienen capacidad de viajar a más de mil kilómetros por hora. Los también conocidos como cazabombarderos poseen diseños aerodinámicos para desplazarse fácilmente.

Los F5 son fabricados en Estados Unidos para fines bélicos.

Existen dos prototipos de dos cabinas que sirven para adiestramiento y los de una cabina que están diseñados para operaciones de vigilancia aérea.

F5 con pintura conmemorativa del aniversario de la Fuerza Aérea Mexicana


Actualmente, diez aviones supersónicos F5 de la Fuerza Aérea Mexicana son utilizados para salvaguardar las instalaciones consideradas como estratégicas y de seguridad nacional, como la zona central del territorio mexicano, por encontrarse no sólo la residencia oficial del Presidente de la República, sino las principales instalaciones económicas y de seguridad del gobierno.




El teniente coronel piloto aviador Félix Fernando Fernández Fajardo, de la Fuerza Aérea Mexicana, con 23 años de servicio, precisó que “los aviones F5 son jets de pelea, de caza, de combate, que tienen una capacidad de vuelo supersónica; las aeronaves pueden ser utilizadas para un sinnúmero de misiones, sin embargo, su principal función es la de salvaguardar el espacio aéreo nacional de cualquier aeronave ilícita que ingrese al territorio. Contamos con diez aeronaves F5 que forman parte de un sistema nacional de vigilancia”.
Adquiridos en el año de 1982, los F5 nunca han dejado de vigilar el espacio aéreo, ni han dejado de operar y han sido reequipados con instrumentos de nueva tecnología para que respondan a las necesidades de operatividad.
“La aeronave en su configuración básica pesa siete toneladas y media, es un avión caza plataforma de combate, se le puede ir adaptando diferente tipo de armamento, de acuerdo con la misión a la que se va a llevar a cabo, y esto aumenta su peso y sus características. Es muy versátil. Además de que maneja una gran velocidad, puede hacer virajes en espacios muy cortos, está diseñado para mejorar su rendimiento en el aire para el caso de que se requiera llevar a cabo misiones aéreas de combate”, señaló Félix Fernando Fernández.
Los F5 cuentan con radares, mapas de localización y todo un sistema sofisticado de detección de objetivos que permite identificar cualquier objetivo que invada el espacio aéreo nacional.
“Somos muy estrictos en cuanto al mantenimiento, hay un programa bajo el cual se debe llevar a cabo en forma muy detallada y con mucho cuidado y con periodos muy definidos, por ejemplo, cada 25 horas se les hace una inspección, cada 50 horas una inspección un poco más grande, así sucesivamente, y todo va conforme a órdenes técnicas especificadas por el fabricante y se tienen que dar a detalle”, precisó el teniente coronel Fernández Fajardo.
El piloto aviador señaló que “tengo volando 17 años con los F5, toda mi trayectoria se ha desarrollado en estas aeronaves y volarlas es una satisfacción y una experiencia enorme, es un honor y una gran responsabilidad ya que la seguridad del espacio aéreo de nuestro país está en nuestras manos”.

F5 con pintura conmemorativa del primer presidente de cualquier país del mundo, que subió a un avión, en este caso, el presidente Madero en 1911
Para cada aeronave se necesita un curso y adiestramiento especializado, y en el caso de estos aviones cazabombarderos se tienen que poseer conocimientos especiales y tener ciertas características físicas y mentales para poder operarlos, expresó.
De acuerdo con los pilotos que tripulan los F5, su equipo básico para operar este tipo de aviones consiste en un traje antigravedad, un casco que cuenta con un sofisticado sistema de comunicación y una mascarilla que permite el suministro de oxígeno para soportar diversas altitudes.

Eventos astronómicos de la semana del 29 de Septiembre al 5 de octubre


Sábado 29 de septiembre
La Luna llena ilumina el paisaje durante el próximo par de noches. Ya que es la luna llena más cercana al equinoccio de otoño, es conocida como la Luna de la cosecha. El nombre proviene de una época lejana a la nuestra, cuando la luz lunar le daba tiempo extra a los agricultores para cosechar sus cultivos.

Domingo 30 de septiembreMire alto en el oeste conforme se desvanece el crepúsculo para ver a una de las estrellas más memorables en el cielo del comienzo de otoño: Arturo, en la constelación de Bootes, el pastor. Brilla con color amarillo-anaranjado pálido.

Lunes 1 de octubre
Régulo, el "corazón" de Leo, le león, se encontrará justo a la izquierda inferior de Venus, el brillante "lucero del alba", unas cuantas horas antes del amanecer de mañana. Estarán aún más cerca una del otro al siguiente día, con Venus muy cerca de Régulo.

Martes 2 de octubre
Mañana antes del amanecer, el planeta Venus se acercara mucho a Régulo, la estrella más brillante de Leo. Venus es fácil de localizar. Régulo, más débil, estará arriba de Venus.

Miércoles 3 de octubre
Perseo, el héroe, está en el noreste al caer la noche. Su estrella más brillante, Alfa Persei, tiene como 50 millones años de edad, lo cual es justo un uno por ciento de la edad del Sol, sin embargo está casi al final de su vida porque es más masiva que el Sol.

Jueves 4 de octubre
Un triángulo delgado y brillante asciende alto a través del cielo hoy por la noche; la Luna, el planeta Júpiter y la estrella Aldebarán, el ojo de Tauro, el toro. Están en buena posición por la noche, con Aldebarán cerca de la derecha inferior de la Luna y el brillante Júpiter más alejado a la izquierda inferior.

Viernes 5 de octubre
La luna y el brillante planeta Júpiter sobresalen hacia el este en una bella conjunción cerca de las 22 horas local.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Doce mitos de la guerra contra el narco


Una nube de mitos flota alrededor de la guerra de mayor impacto político en la últimas décadas: desde aquellos que dictan que no se debió confrontar al crimen organizado, hasta aquellos que indican que la participación del ejército en las actividades antinarcóticos es negativa. En estas páginas Joaquín Villalobos desmonta los argumentos de una mitología que impacta en la opinión a partir de estadísticas pobres y comparaciones discutibles.

Desde la Revolución de 1910 México no había conocido una violencia con tanto impacto político como la que vive actualmente. A finales de la década de los ochenta Estados Unidos tuvo éxito en reducir el volumen de droga que se movía por la ruta Caribe desde Colombia a Miami. Esta ruta permitía a los cárteles colombianos exportar mariguana y cocaína directo a Estados Unidos, sin intermediarios. México pasó así a ser el territorio más importante para el tránsito de drogas hacia la Unión Americana y se produjo una expansión del narcotráfico, que rompió con el largo periodo de paz en que habían vivido los mexicanos.

Entender, debatir y estar dispuestos a pagar los costos que implica reducir el poder del crimen organizado y frenar su violencia, todo ello bajo condiciones democráticas, es algo nuevo para una sociedad acostumbrada a la poca deliberación y al orden impuesto desde arriba que vivió México durante varias décadas. Esta condición histórica ha creado dificultades para entender la información y los resultados de la guerra que está librando el Estado mexicano contra los narcotraficantes, y ello ha dado lugar al surgimiento de mitos sobre la guerra y la violencia. Algunos de estos mitos resultan del indispensable y justo debate político democrático. Sin embargo, aunque se trata de un problema complejo que requerirá tiempo para ponerlo bajo control, no hay razones para ser pesimistas.


1. “No se debió confrontar al crimen organizado”

Cuando la violencia comenzó a crecer por la guerra entre cárteles, el gobierno del presidente Fox dio inicio a la intervención de fuerzas federales en los primeros estados que tenían problemas (Tamaulipas, Guerrero, etcétera). Frente al agravamiento de la violencia en otros estados el gobierno del presidente Calderón decidió combatir frontalmente al narcotráfico y dio continuidad a la intervención federal. Surgieron entonces críticas sobre falta de inteligencia previa, se calificó de reactivas las operaciones e incluso se dijo que el gobierno actuaba por interés político y que las operaciones gubernamentales habían empeorado el problema. Algunos consideraban que lo mejor era tapar los efectos mediáticos de la violencia y dejar que todo continuara manejado por supuestos “acuerdos locales”. Sin embargo, esos “acuerdos” no eran entre iguales, sino entre criminales y funcionarios intimidados por la ley de “plata o plomo” que estaba dejando policías asesinados y presidentes municipales y gobernadores atemorizados. La idea de no combatir de frente al narcotráfico supone, ingenuamente, que éste no es contagioso ni expansivo, y que no alcanzaría al Distrito Federal. La realidad es que una de las primeras batallas ha sido recuperar el aeropuerto de ciudad de México que para los narcos es tan importante como Nuevo Laredo o Ciudad Juárez.

México está atrapado entre el mayor consumidor de drogas del mundo, al norte, y la región más violenta del mundo (Guatemala, Honduras y El Salvador), al sur, a consecuencia del tráfico de drogas. Por lo tanto, resulta muy difícil pensar que es posible aislarse, abstraerse del problema y suponer que no pasaría nada. El narcotráfico es un delito global que está extendiéndose en casi toda América Latina, afectando también a Europa del Este, al norte de África y algunas regiones de Asia. El crecimiento de las clases medias urbanas y el aumento del consumo de drogas están directamente relacionados, no hay una razón sólida para que las clases medias mexicanas puedan ser excluidas del incremento en el consumo, algo que ya está afectando seriamente a Brasil. No hacer nada podría haber llevado a México a una situación similar a la que enfrentó Colombia a finales de los ochenta. Son muchos los ciudadanos y funcionarios colombianos que aceptan, abiertamente, que la situación en su país “tocó fondo” porque esperaron demasiado tiempo para actuar.

El nivel de violencia actual en México deja bien claro que el monstruo era real, fuerte y peligroso. Ante un escenario así hay dos principios fundamentales para actuar: determinación y velocidad. Determinación para no retroceder frente a la reacción violenta de los cárteles y frente al temor que se abriría en la sociedad; y velocidad para contener y recuperar terreno. En realidad no hacía falta inteligencia previa, los cárteles actuaban en las calles con una impunidad cínica. El primer paso era quitarles ventajas, tranquilidad y oportunidades a sus “negocios”, se habían abierto tanto que la presencia de fuerzas federales en el terreno produciría resultados inmediatos, tal como ha ocurrido. En una primera fase lo masivo debía privar sobre lo cualitativo. Ahora se están abriendo retos más complejos como la reconstrucción policial y el componente social de la estrategia, pero sin ganarle terreno a los cárteles no puede pensarse ni en la reconstrucción de instituciones ni en planes integrales. Es necesario actuar para hacer transitar al narcotráfico de amenaza a la seguridad nacional a un problema policial.


2. “México está colombianizado y en peligro de ser un Estado fallido”

Estas afirmaciones se realizan sin usar datos comparativos serios. México sufre una violencia localizada en seis de sus 32 estados y tiene una tasa nacional de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes. Venezuela tiene 48, Colombia 37, Brasil 25, Guatemala, Honduras y El Salvador están arriba de 50. El estado de Chihuahua, el más violento de México, está en este momento en su punto más álgido con una tasa de 143 homicidios, le siguen Sinaloa con 80, Durango con 49, Baja California 44 y Michoacán 25. A inicios de los noventa Medellín, la ciudad más violenta de Colombia, mantuvo una tasa de 320 durante varios años y, en ese mismo periodo, Cali tenía 124, Cúcuta 105 y Bogotá, la capital, 80. Colombia ha vivido dos guerras en 25 años, las cuales le han costado más de 200 mil muertos y dos millones de desplazados, y continúa en conflicto.

El volumen, extensión, raíces históricas, códigos culturales y complejidad de la violencia colombiana ha sido —y todavía es— muy superior a la que vive México. En Colombia los niveles de penetración que alcanzó el narcotráfico en la política, el ejército, la policía, los negocios y la sociedad fueron mayores a los que existen actualmente en México, donde no se puede hablar de una narcopolítica. Los cárteles y narcoguerrillas colombianas golpearon con actos terroristas a personajes e instituciones de los poderes políticos, económicos y mediáticos vitales del país. En 1989 Luis Carlos Galán, candidato a la presidencia, fue asesinado por el narcotráfico y tres candidatos más fueron asesinados en ese periodo. El propio presidente, Álvaro Uribe, ha sobrevivido a varios atentados y el vicepresidente, Francisco Santos, estuvo secuestrado por Pablo Escobar. Hechos como éstos no han ocurrido y es muy difícil que ocurran en México, donde no han existido territorios con ausencia de Estado durante 40 años como en Colombia; el Estado mexicano ha sido más bien omnipresente y fuerte y el colombiano ausente y débil.

En Río de Janeiro, Brasil, de enero a junio de 2009 murieron 65 policías en enfrentamientos con criminales y su tasa de homicidios es de 38 por cada 100 mil habitantes; recientemente los narcotraficantes derribaron en combate un helicóptero policial en barrios del norte de la ciudad y murieron 12 policías. En 2006 Sao Paulo sufrió ataques simultáneos a puestos policiales, oficinas de gobierno y puntos de interés económico por parte de las pandillas dedicadas al narcomenudeo. El Distrito Federal, en contraste, tiene una tasa de sólo cinco homicidios por cada 100 mil habitantes y jamás han ocurrido hechos tan graves como los de las ciudades de Colombia o Brasil. México tiene un problema de seguridad en la periferia de sus centros vitales y Brasil lo tiene, y muy grave, en sus dos principales ciudades: Río Janeiro y Sao Paulo. Sin embargo, Río será sede de los Juegos Olímpicos y no se dice que allí hay una guerra o que Brasil pueda ser un Estado fallido. Si la idea de territorios fuera de control del Estado se empleara mecánicamente para definir Estados fallidos, habría más de una decena de éstos en el continente americano y tendría, incluso, que revisarse cuál sería la condición de algunas zonas de ciudades estadunidenses que albergan a un millón de pandilleros.

México tiene una resonancia mediática y una importancia geopolítica superior a la de Colombia, Venezuela o Brasil, por lo tanto, lo que ocurre en su territorio impacta mucho más sobre la percepción dentro y fuera del país. No es lo mismo Medellín o Río de Janeiro que Ciudad Juárez, la proximidad con Estados Unidos hace una enorme diferencia. Un ejemplo de esto fue la llamada “insurrección o guerrilla zapatista”; si comparamos militar, política y socialmente ese movimiento con las insurgencias armadas de Sur y Centroamérica, el “zapatismo” no podría ser considerado guerrilla y mucho menos insurrección. Sin embargo, logró un gran impacto mediático nacional e internacional con una sola acción armada en 1994.


3. “El intenso debate sobre la inseguridad es señal de agravamiento”

El debate y la complejidad en los procesos de toma de decisiones en las democracias avanzadas son señales de estabilidad, pero en las democracias emergentes son percibidos como debilidad e incertidumbre, porque todavía se añora el orden de forma consciente o inconsciente, que sin deliberación se lograba por vía autoritaria. El debate sobre las estrategias que se diseñan para enfrentar los problemas de seguridad son normales en un entorno democrático y ese debate es más intenso y libre cuanto menor es la amenaza a los poderes vitales del país. La oposición, los intelectuales y la prensa necesitan y deben actuar críticamente de oficio, esto es parte de la democracia.

El narcotráfico es un fenómeno que coopta o destruye las instituciones, que elimina las libertades democráticas y que somete a los ciudadanos a los poderes mafiosos. Donde el crimen organizado es fuerte no hay crítica ni libertad de expresión. Por lo tanto, cuando hay debate, cuando los ciudadanos y los líderes de opinión pueden criticar al gobierno, significa que el poder del Estado domina sobre cualquier poder mafioso. En México los poderes centrales no están afectados ni inhibidos por los cárteles, esto ocurre de forma parcial sólo en unos pocos estados.

En Colombia, cuando se estaban diseñando indicadores para medir el nivel de éxito de la estrategia de seguridad democrática en zonas que durante largo tiempo habían estado dominadas por diversidad de grupos armados, se concluyó que uno de los mejores indicadores de éxito de los planes de seguridad era aquel que medía las demandas y quejas de los ciudadanos, ya que esto comprobaba que se había derrotado al miedo y restablecido a los ciudadanos sus libertades democráticas. Es un error pensar que la existencia de un amplio y álgido debate sobre la seguridad y los métodos para enfrentar la violencia son, por sí mismos, una señal de gravedad y de deterioro, cuando en realidad lo grave sería el silencio.


4. “Los muertos y la violencia demuestran que se está perdiendo la guerra”

El narcotráfico es un enemigo bien armado, muy violento, sin barreras morales y con un gran poder corruptor. Creer que este problema se puede resolver sin confrontación y sin violencia es una gran ingenuidad. A este enemigo sólo es posible someterlo usando la fuerza del Estado y, cuando ello ocurre, se incrementa su resistencia y se agudizan sus propias guerras internas; con lo cual aumenta, inevitablemente, el número de personas que pierden la vida.

En toda guerra hay muertos y éstos son un indicador del estado de la guerra misma. Las guerras se ganan generando bajas al enemigo y se pierden cuando se tienen más bajas de lo que el entorno político social propio puede tolerar. Es comprensible que éste sea un tema difícil para ser explicado ante la opinión pública por los funcionarios del Estado, pero la realidad es que quien está teniendo más muertos, capturas y deterioro moral en sus filas es quien va perdiendo la guerra, y en el caso de México son los narcotraficantes.

La lucha contra el narcotráfico no puede leerse como una guerra “clásica” en la cual hay contendientes claramente definidos; los cárteles son un enemigo fragmentado, que genera una violencia anárquica; son múltiples grupos que combaten al mismo tiempo entre sí y contra el Estado. La mayor parte de las bajas de los delincuentes resultan del proceso de autodestrucción de los cárteles, que se profundiza cuando el Estado los confronta. En este tipo de guerra esto es un progreso, en Medellín los cárteles se autodestruyeron bajo el acoso del Estado, por razones que fueron desde disputas por territorios, control de rutas, hasta problemas personales. El proceso de autodestrucción atomiza a los cárteles y obliga a que su reclutamiento comience a descender hacia grupos de jóvenes marginales más inexpertos y ambiciosos, y con ello aumenta su violencia y se acelera su autodestrucción.

El problema es que, en la fase intermedia de la guerra, la presión política demanda una reducción de la violencia, y esto no ocurre hasta que se cumplen tres premisas: 1. Que el Estado tenga mayor dominio social y territorial que los cárteles en sus zonas de operación; 2. Que los delincuentes se hayan debilitado en su capacidad de reciclar sicarios; 3. Que esta debilidad los convierta en un problema marginal para el Estado. En el caso de México todavía falta tiempo para que se reduzca la violencia. Pero hay un proceso de autodestrucción que se está acelerando y esto es un indicador positivo. El general Naranjo, jefe de la Policía Nacional de Colombia dice que “cuando se sabe que el narcotráfico ha penetrado fuertemente en la sociedad, el principal problema no es la violencia, sino la no violencia” porque ello implica que los narcotraficantes controlan a la sociedad. La creencia de que por cada delincuente muerto surgen dos nuevos es ilógica, la codicia por el dinero no genera capacidad infinita para reciclar pistoleros, éstos también necesitan habilidades, experiencia y preparación que no se repone de un día para otro.


5. “seis años es mucho tiempo, el plan ya fracasó”

Igual que con otras afirmaciones, la demanda por resultados rápidos se sustenta en factores emocionales y no en un análisis objetivo de la realidad. En el sentido más general podemos decir que el tiempo que se requiere para controlar el problema es directamente proporcional al tamaño y las raíces históricas del narcotráfico en México, y en ese orden es necesario tener como referentes a otros países que tienen problemas similares. El tamaño del problema del narcotráfico para México está determinado por su vecindad con Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas del mundo, y por las consecuencias de esto en términos de demanda, flujos de dinero y armas. En cuanto a las raíces del fenómeno, el problema comenzó a gestarse, en algunos estados —particularmente en Sinaloa—, desde hace muchos años, pero la mayor expansión de los cárteles comenzó hace 15 años por el cierre de la ruta Caribe. En el caso de México los referentes para comparar tiempos podrían ser países como Colombia, Italia, Brasil y quizás algunos del norte de África.

Colombia sigue en guerra y a Medellín, su ciudad más violenta, le ha costado 16 años y 70 mil muertos comenzar a revertir una situación de deterioro que tuvo a la sociedad en vilo; Italia lleva muchas décadas de lucha contra las mafias sin que ésta haya llegado a su fin; Brasil, durante ocho años de gobierno de Lula, no pudo resolver, todavía, el problema de las pandillas, y en el norte de África el deterioro es ascendente y casi sin control. Teniendo en cuenta lo anterior podemos afirmar con propiedad que México, en tres años, ha obtenido progresos más rápidos con costos más bajos que todos estos países.


Los resultados de las operaciones en México en los últimos tres años constituyen récords mundiales. Se han destruido 227 laboratorios, decomisado 389 millones de dólares, 30 mil 500 armas de guerra, 24 mil 900 armas cortas, 409 aeronaves, 310 embarcaciones, 22 mil 900 vehículos y cinco mil toneladas de drogas que incluyen 90 mil kilogramos de cocaína, 4.8 millones de kilogramos de mariguana, cuatro mil 500 de metanfetaminas, 27 mil de efedrina y 18 mil de pseudoefedrina. Se han extraditado 286 narcotraficantes, la gran mayoría de ellos a Estados Unidos, y capturadas 89 mil 500 personas que incluyen siete líderes, 47 financieros, 60 lugartenientes, dos mil 61 sicarios y 600 funcionarios involucrados. El dinero es casi el monto del Plan Mérida; para cargar la droga se necesitarían varios trenes o 250 furgones; las armas son más que las de los ejércitos de El Salvador y Honduras juntos; las aeronaves equivalen al 50% de la flota de American Airlines; las embarcaciones son el doble de la armada de México y los vehículos superan a las flotas de policía y ejército de todo Centroamérica. Los primeros logros de un plan son los golpes a las estructuras delictivas, no la reducción de la violencia, sin lo primero no se puede alcanzar lo segundo.


6. “Los ataques que realizan los narcos prueban que son poderosos”

En todas las guerras el azar y la casualidad juegan un papel, a veces en contra y a veces a favor. En toda guerra se ganan y se pierden batallas, pero a la larga, lo que determina el resultado es quién tiene la iniciativa estratégica y quién está golpeando la moral, las fuerzas y los medios materiales de su contrario. En el caso de México todos estos factores están a favor del Estado, aunque de forma esporádica los cárteles sorprendan con acciones y golpes que generan temor y tienen un gran impacto mediático y político. Los ataques de los cárteles son reactivos, sin una lógica racional estratégica y producto de venganzas irracionales. La regla básica en toda guerra es que el acoso y la presión sobre un enemigo conducen a éste a la desesperación, al error e incluso al terrorismo. Los cárteles actúan de forma defensiva y no ofensiva, la política de éstos es cooptar policías, no matarlos. Cuando combaten directamente contra el Estado facilitan el trabajo, porque ayudan a cohesionar moralmente a los miembros de las fuerzas del Estado.

En el tipo de conflicto que enfrenta el Estado mexicano los cárteles son fuertes cuando controlan sin combatir y pueden pasar desapercibidos para la mayoría de la población. Por el contrario, cuando reaccionan y se vuelven visibles, su posibilidad de controlar y operar libremente se debilita y los enfrentamientos internos aumentan; esto no es una muestra de fortaleza sino de debilidad, a pesar de que la violencia salga a flote y genere incertidumbre social. Por ejemplo, cuando los cárteles empezaron a usar submarinos para transportar droga se hizo una lectura errada. La percepción simple fue que los narcotraficantes demostraban su enorme capacidad y poderío construyendo submarinos. Sin embargo, lo que no se dijo fue que la capacidad de introducir drogas abiertamente vía puertos y aeropuertos se estaba cerrando, y por ello recurrían a mecanismos más complejos y difíciles de operar que transportaban menos droga. En este sentido “más sofisticado” no implica, necesariamente, una mejoría, no importa cuán impresionante resultase la fabricación de submarinos, que en este caso, por cierto, fue bastante precaria.


7. “Primero hay que acabar con la corrupción y la pobreza”

En muchos análisis atender y reducir la corrupción y la pobreza son actividades que se consideran como premisas para resolver la inseguridad que genera el narcotráfico, y con ello se invalida el papel que juega la coerción. Este mito parte de un planteamiento cierto: el problema de la seguridad requiere planes integrales que atiendan todas las aristas del asunto, desde la utilización de la fuerza del Estado, hasta la atención de los temas sociales que intervienen en la seguridad. Sin embargo, en una condición de extrema emergencia como la que viven algunos estados de México, si se pone de antemano resolver la pobreza y la corrupción como precondiciones para tener un entorno seguro tendríamos que aceptar que la situación no tiene remedio alguno, ya que estaríamos poniendo la meta de resolver la pobreza como camino para mejorar la seguridad que en este momento es el problema más importante para los ciudadanos. En seguridad la dosis de prevención y represión en un plan depende de la situación. Establecer por definición que lo uno debe privar sobre lo otro es un error que parte de visiones ideológicas de la seguridad en la cual se dice que las derechas priorizan reprimir y las izquierdas prevenir. Cualquiera puede ser el prioritario, pero eso debe determinarlo la realidad, no una posición política.

No hay una relación territorial o social entre pobreza y narcotráfico. El narcotráfico es un delito de la codicia que recluta pobres, pero que depende de las ventajas geográficas que proporcionan rutas y territorios con posibilidades para la producción y el tráfico. Busca controlar puntos estratégicos de ventaja para su “negocio”. Las redes de narcomenudeo para distribución sí se ubican más claramente en la geografía de la pobreza urbana, pero el narcotráfico no necesariamente. Por ello el problema más grave está en la frontera norte. Además, no hay una relación directa entre pobreza e inseguridad. Nicaragua es el segundo país más pobre del continente y el tercero más seguro, igual podemos comparar a la India con Estados Unidos o analizar cómo el enorme gasto social de Venezuela va de la mano con el agravamiento de la inseguridad para los más pobres en ese país.

Por otra parte, la naturaleza de la corrupción política, y la que genera el narcotráfico son totalmente distintas, la primera puede abrir la puerta a la segunda, pero la corrupción política no supone el riesgo de violencia y muerte, que sí está presente con la corrupción vinculada al narcotráfico. La regla de “plata o plomo” que siempre termina en “plomo o plomo” parte de los tres principios de acción del narcotráfico: violencia, crimen y muerte. Un político corrupto quiere enriquecerse, pero no morirse. Es evidente que la cultura de la corrupción resulta útil a los narcotraficantes, pero no puede pensarse que la corrupción política y la dinámica de cooptación, control, violencia y muerte que imponen los delincuentes son la misma cosa, puesto que responden a lógicas completamente distintas. Es ingenuo pretender que para mejorar la seguridad en el corto plazo se necesita primero una reconstrucción ética que acabe completamente con los códigos de corrupción que se gestaron en América Latina durante un largo periodo.
El debate principal es ¿por dónde debemos comenzar en una emergencia? En ese sentido, no se puede entrar a una zona dominada por poderes mafiosos con planes de asistencia tipo “Madre Teresa” y tampoco es previsible incentivar la participación ciudadana en zonas donde el narcotráfico tiene atemorizada a la sociedad. En primera instancia se necesita la recuperación del control por parte de las fuerzas del Estado, es decir, romper el poder intimidatorio de los cárteles, es el centro de gravedad del problema y ello coloca a la coerción como la prioridad. En Medellín la guerra la ganó el Estado hace más de 10 años, y es hasta ahora que se observan los resultados exitosos de los planes integrales, con plena participación ciudadana y cambios culturales en los barrios donde un día gobernó Pablo Escobar.


8. “Detrás del narcotráfico hay poderosos políticos y empresarios”

Este mito está basado en las teorías conspirativas que no consideran el contexto ni la historia, sino información casi siempre fruto de la especulación. Este tipo de teorías alimenta telenovelas, películas y literatura para el entretenimiento, pero por repetición termina convirtiendo cualquier mentira en una verdad que se vuelve universal sin necesidad de comprobación. Hace algunos años una telenovela muy exitosa y muy bien realizada llamada Nada personal sugería que el capo principal en México era el presidente de la República. Muchos estadunidenses también adictos a estas teorías suponen que “todos los mexicanos son corruptos y sus autoridades son todos capos” y esto es lo que reproduce Hollywood. En contraparte, algunos mexicanos piensan “que el negocio de la droga se maneja desde Wall Street”. Estos argumentos son fáciles de creer y difundir aunque no tengan fundamento racional. El narcotráfico suele surgir de las actividades de contrabandistas de clase media baja con poca educación, que construyen sus organizaciones a partir de grupos familiares como forma de asegurarse lealtades (“la familia”), y reclutan socialmente hacia abajo. Sus organizaciones tienen la violencia y la muerte como forma de dirimir todo tipo de conflictos (personales, de mercado, familiares y territoriales), porque sus actividades no tienen marco legal y, por lo tanto, no pueden usar los tribunales y las leyes. Los castigos extremos y las muertes ejemplares son sus únicos instrumentos de “justicia”. Cuando se fortalecen financieramente se expanden socialmente y entonces comienzan a intimidar, someter o utilizar a funcionarios públicos y/o empresarios. Primero cooptan policías hasta que le quitan al Estado el poder coercitivo y luego van sobre el sistema judicial, la prensa, los poderes económicos y políticos.

En ese proceso terminan colocándose arriba de la pirámide social y siendo ellos el poder, pero teniendo la violencia y la muerte como medios de ejercerlo. Así ocurrió en Colombia, en Chicago en los años treinta, en Italia durante décadas, y así ha ocurrido en Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas, etcétera. La naturaleza de un empresario o de un político es diferente e incompatible con la del mafioso. Que el segundo pueda someter a los primeros es factible, pero que los primeros puedan convertirse en los segundos no resulta sensato; aunque existan algunos casos aislados, esto no es la regla. Niveles de penetración como los que se han comprobado en Italia ocurrieron luego de muchas décadas de poder mafioso, pero en México el fenómeno delictivo es comparativamente joven.


9. “La única salida es negociar con los narcotraficantes”

Este mito está relacionado con la creencia de que la negociación fue el método empleado por anteriores gobiernos para mantener la paz, y entonces se concluye que la violencia estalló cuando el nuevo gobierno abandonó este método. Se argumenta que la violencia cesaría si se negocia con los delincuentes. Éste es un enfoque en extremo simplista para entender el pasado y para suponer una solución en el presente.

El narcotráfico no ha sido siempre un problema de seguridad nacional. Se transformó en una amenaza estratégica al fortalecerse financieramente a partir de la segunda mitad de los noventa. En el pasado los narcos eran un problema policial de segundo orden y para lidiar con ellos se requería una lógica operacional local y no una estrategia de Estado. Durante muchos años no fueron un tema central ni para México ni para nadie. Durante los setenta y ochenta la tolerancia al problema fue universal y hasta la CIA y Cuba lo instrumentaron y subvaloraron como amenaza. Lo que se conoce como “negociaciones” posiblemente sea parte de las leyendas que dejaron algunos jefes policiales o políticos locales cuando lidiaban, desde un Estado fuerte, con un problema menor.

Ahora estamos frente a una realidad distinta en la cual los cárteles buscan imponer su autoridad por encima del Estado con la ley de “plata o plomo”. El narcotráfico es ahora una amenaza estratégica. No se puede decir que algunos posibles arreglos que existieron en el pasado entre mandos policíacos y delincuentes sean equivalentes a una negociación del Estado con los narcotraficantes de hoy y, en segundo término, porque resulta imposible que la autoridad de cualquier país realice acuerdos con delincuentes que rigen su comportamiento por los principios de violencia, crimen y muerte.

Una negociación supondría que los cárteles son un enemigo coherente con control sobre sus estructuras y con reglas y límites, pero la realidad es que el narcotráfico es un enemigo fragmentado, sin control sobre su gente y sin reglas en el uso de la violencia. La idea de negociar con los cárteles es una fantasía. Colombia, por ejemplo, negoció con Pablo Escobar y otros cárteles, ofreciéndoles ventajas si se sometían a la justicia y el desenlace fue la ridiculización absoluta de la autoridad y las cárceles convertidas en centros de mando y operación de lujo con protección pagada por los ciudadanos para que Escobar siguiese sembrando violencia y muerte en el país.


10. “La estrategia debería dirigirse a la legalización de las drogas”

La legalización es un debate sobre cómo aminorar el problema, porque con las drogas no existe camino ideal. Se trata en realidad de escoger entre daños de salud pública o violencia. Su legalización no las vuelve socialmente deseables. Teniendo como punto de partida el principio del mal menor, la idea de legalizarlas es correcta y a futuro seguramente esto dejará de ser un mito. Lo que es un mito en la actualidad es pretender que esta estrategia pueda ser puesta en marcha con éxito por los países afectados por la violencia que genera la producción y el tráfico de drogas. La legalización de las drogas requiere un acuerdo simultáneo con los países consumidores. Sin la participación de Estados Unidos y Europa una estrategia de este tipo, aplicada en México o Colombia, por ejemplo, sería un suicidio para la seguridad de estos países. Esto es injusto, pero el problema no es de ética sino de realidad.

No se trata sólo de un conflicto político internacional entre la inseguridad de los países que producen y trafican versus la hipocresía de los países que consumen, sino que la distorsión generada sería altamente explosiva. La disposición de droga en México y Colombia es infinitamente superior a su demanda y la situación en Europa y Estados Unidos es inversa. Por lo tanto, legalizar la droga en los primeros sin que se haya hecho en los segundos supondría un fortalecimiento de estructuras criminales en Colombia y México, porque el negocio central seguiría siendo la exportación ilegal ante la enorme diferencia de precios. Legalizar equivaldría a dar plenas libertades a grupos criminales en países con grandes debilidades institucionales. Si en la condición actual existen pequeños Estados en Latinoamérica y África en riesgo de caer en manos de mafias, esto se agravaría y se multiplicaría con una legalización unilateral.

Aunque resulte duro decirlo, la realidad es que Estados Unidos y Europa continúan jugando la carta de la tolerancia al consumo porque los niveles de violencia de los delincuentes dedicados a distribuir drogas en sus calles no se ha convertido todavía en una amenaza estratégica. Pero esa violencia está creciendo, Estados Unidos ha encarcelado a más de dos millones de personas por delitos vinculados con las drogas y tiene un millón de pandilleros, gran parte de los cuales se dedican a la venta de drogas. Quizás cuando esa violencia se vuelva intolerable para Europa y Estados Unidos, la idea de la legalización de las drogas comience a discutirse en serio como estrategia multilateral. Por el momento hay que mantener estrategias de control de daños en nuestros países y denunciar el daño que nos provocan los países consumidores. El tema de la legalización está avanzando con la mariguana, pero aún es un tema difícil como acuerdo entre gobiernos.


11. “La participación del ejército es negativa y debe retirarse”

El mito sobre la negatividad de la participación del ejército parte de supuestos como: que la seguridad interna no es su tarea; que no está preparado para esas labores; que se pone en riesgo su imagen; que termina violando los derechos humanos; que es peligroso darles poder a los militares, y otras ideas similares. Todos estos y otros argumentos están fundamentados en riesgos potenciales, dudas y desconfianzas que en algunos casos son ideas predominantemente subjetivas. Ninguno toma en cuenta los problemas objetivos que han obligado a usar al ejército: la dimensión de la amenaza que implican los cárteles; el poder de fuego, número de sicarios y nivel de organización de las estructuras delictivas; la crisis moral y los problemas de cooptación de las policías estatales y municipales en las zonas conflictivas; la limitada cantidad de personal de que dispone la Policía Federal; el carácter transnacional del problema del narcotráfico y, finalmente, el arraigo, la fuerza social y el dominio territorial que tiene el crimen organizado en algunos lugares de México. No es lo mismo enfrentar este problema con 30 mil hombres que con más de 200 mil.

El narcotráfico plantea un reto que supera el orden policial, constituye una amenaza a la soberanía del Estado que tiene además características transnacionales. Si el ejército se retira los narcotraficantes recuperarían terreno muy rápidamente, la amenaza cobraría dimensiones superiores, la violencia se dispararía y podría alcanzar a la ciudad de México. Paradójicamente, como ya se mencionó arriba, otro tipo de críticas hablan del riesgo de llegar a un “Estado fallido”, pero el mito sobre la retirada del ejército se ubica en el otro extremo, porque supone que el problema no es tan grave y bien podrían resolverlo las policías municipales y estatales. Es difícil imaginar que México pueda, en las décadas venideras, enfrentar otra guerra peor que los narcotraficantes. La solución estratégica es la reconstrucción, reforma y fortalecimiento de las policías, pero mientras eso avanza es indispensable usar al ejército.

En toda Latinoamérica los ejércitos pueden ser indispensables para responder al tipo de amenaza que plantea el crimen organizado, y los derechos humanos en la actualidad por encima de requerimientos éticos, se han vuelto parte fundamental de la eficacia operacional tanto para policías como para militares. Las guerras modernas están sometidas, inevitablemente, a una severa fiscalización mediática, política y judicial. El Estado sólo puede preservar la legitimidad en el uso de la fuerza si es capaz de usar el poder coercitivo en esas condiciones. Es decir que esto es ahora una condición universal permanente para emplear la fuerza y no debe ser un obstáculo para no emplearla. Para recuperar seguridad Colombia multiplicó la fuerza de su ejército. Por contraste, Guatemala está cayendo en manos del crimen organizado porque no puede reconstruir al suyo.


12. “Lo más efectivo y rápido para combatir al crimen es la justicia por cuenta propia”

Entre los cárteles no hay reglas y sus diferencias son resueltas mediante la “muerte ejemplar”. El Estado, por su parte, busca procurar justicia, no asesinar, y debe conservar la ventaja moral y social frente a los delincuentes. El inicio de una violencia paramilitar, basada en el mismo principio de la “muerte ejemplar”, convierte al Estado en otro actor violento y sin reglas que terminaría siendo identificado como tal por el crimen organizado, con lo cual se aceleraría, se agravaría y se multiplicaría la violencia. La idea de que asesinar delincuentes representa una vía más rápida para recuperar seguridad es falsa. El crimen organizado constituye un cuerpo social numeroso; no son individuos, sino grupos con cierto apoyo. Una confrontación letal puede terminar dividiendo más a las comunidades, con lo cual la duración del problema se alargaría en vez de acortarse.

Por otro lado, una confrontación de este tipo puede redireccionar gran parte de la acción violenta de los narcotraficantes hacia instituciones, funcionarios públicos y sus familias, con lo cual la violencia del crimen organizado dejaría de ser fundamentalmente autodestructiva. La tarea del Estado es restablecer la autoridad y asegurarse el monopolio de la violencia. La organización de grupos paramilitares constituye una delegación de autoridad a grupos privados que debilita la autoridad del Estado. La experiencia internacional demuestra que el paramilitarismo es un grave error. Los casos de Colombia y Guatemala son muy claros, en el primero se agravó el conflicto y en el segundo el Estado ha sido casi derrotado.

Joaquín Villalobos. Ex miembro del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Consultor para la resolución de conflictos internacionales


Proyecto Millonario pasa por Tlaltenango...

En 1992 el Congreso del estado de Puebla expropió más de mil hectáreas ejidales de tres municipios para crear lo que hoy es la zona comercial más importante de la entidad. El entonces líder de la legislatura local, Rodolfo Budib Lichtle, sólo acató las órdenes del gobernador Maríano Piña Olaya.

En la aprobación del decreto participó la priista Enoé González Cabrera, quien actualmente trabaja en la Secretaría de Desarrollo Social como coordinadora de Participación Social.

Aunque formaron parte de la LI legislatura, Germán Sierra Sánchez, Rafael Cañedo Benítez y José Alarcón Hernández, solicitaron licencia para ausentarse del parlamento, ya que se dedicaron a buscar otros cargos de representación popular.

La entonces diputada priista por el distrito de Tecamachalco, Isabel Serdán Álvarez —nieta de los hermanos Serdán— no dudó en aprobar la expropiación, así como Celso Fuentes Ramírez, actual director del Periódico Oficial de Puebla.

Tan sólo un año después, en 1993, el gobierno estatal de Manuel Bartlett Díaz, a través de la LII legislatura encabezada por Miguel Quirós Pérez, trató de enmendar a toda costa el negocio piñaolayista a través de la creación del programa de Desarrollo Regional Angelópolis, pero este proyecto se quedó a medias.

El decreto

En 1992 el entonces gobernador de Puebla, Mariano Piña Olaya envió a los integrantes de la LI legislatura poblana un decreto con la finalidad de expropiar diversos predios que constituyen las unidades de desarrollo Atlixcáyotl y Solidaridad.

La expropiación

•140 hectáreas de la población de San Bernardino Tlaxcalancingo, municipio de San Andrés Cholula

•696 hectáreas del poblado de San Andrés Cholula

•84 hectáreas del poblado de Santiago Momoxpan, municipio de San Pedro Cholula

•158 hectáreas del poblado La Trinidad Chautenco, municipio de Cuautlancingo

Las restricciones

El gobierno del estado debió conservar las áreas correspondientes para reserva ecológica, en los términos establecidos en el Plan Regulador y de conformidad con las leyes aplicables.

Las superficies que se enajenaron y constituyen las unidades de desarrollo Atlixcáyotl y Solidaridad, debieron destinarse a la vivienda, la industria y el turismo.

Los implicados

La expropiación de los terrenos fue aprobada por los integrantes de la LI legislatura local

•Rodolfo Budib Lichtle

•Rosa María Rumilla Fayad

•Héctor González Reyes

•Raúl Patiño Tovar

•Antonio Montes García

•Ignacio Oaxaca Ríos

•Jesús López Tinoco

•Rafael Ruiz Márquez

•Isabel Serdán Álvarez

•Jesús Reyes Nieto

•Federico López Huerta

•César Sotomayor Cano

•Leopoldo Sánchez Navarro

•Constantino Sánchez Juárez

•Celso Fuentes Ramírez

•Juan Miguel Madera López

•Jorge Jiménez Alonso

•Enoé González Cabrera

•Alfonso Lechuga Fosado

•Everardo Gaspar Vera

•María Guadalupe Álamo Cabello

•Juan Balderas Muñoz

Diputados de representación proporcional

•Partido Acción Nacional: José Luis Mantilla González de la Llave

•Partido Acción Nacional: Jorge López Cuevas

•Partido Popular Socialista: Rubén Gallardo Mejía

•Partido de la Revolución Democrática: Praxedis Ramírez Guevara

•Partido del Frente Cardenista: Diego Marcos Juárez Albino

•Partido del Frente Cardenista: Harón Rodas Bautista

•Partido Auténtico de la Revolución Mexicana: Sergio Guzmán Ramos

La reestructuración

Una vez que asumió la gubernatura de Puebla, Manuel Bartlett Díaz plasmó un plan maestro para poner orden en la zona que hoy es la más cotizada de la entidad y que se ha convertido en la “manzana de la discordia” entre los municipios de Puebla y San Andrés Cholula.

El proyecto logró a medias un crecimiento ordenado, ya que involucró un conjunto de proyectos de infraestructura urbana y de mejora de servicios, que para algunos ayudó a consolidar un sistema de desarrollo integral entre los municipios de la zona.

De inicio, el proyecto marcó la integración de los municipios de Amozoc, Coronango, Cuautinchan, Cuautlancingo, Domingo Arenas, Huejotzingo, Juan C. Bonilla, Puebla, San Andrés Cholula, San Martín Texmelucan, San Pedro Cholula, Santa Clara Ocoyucan, Tlaltenango y Xoxtla.

Hay que destacar que tras le llagada de Melquiades Morales Flores al gobierno del estado de Puebla, el proyecto fue modificado.

Los proyectos bartlistas para solucionar de fondo los problemas principales de esa zona geográfica fueron:

•Planeación urbana

•Agua, drenaje, alcantarillado y saneamiento

•Tránsito, vialidad y transporte

•Desechos sólidos

•Vivienda

•Promoción industrial

•Comercio y abasto

•Turismo

•Educación y cultura

•Salud e infraestructura hospitalaria

•Seguridad pública
 
Un proyecto millonario pasa por San Francisco Ocotlán, la excavación de 5 pozos “para distribuir el agua”, según dice el gobierno, a la ciudad de Puebla.

Ocotlán es parte del municipio de Coronango (“arriba donde da vuelta el agua”, por su raíz nahua), la gente del pueblo trabaja en la ciudad y/o el campo, son ladrilleros, maestr@s , amas de casa, jóvenes, obreros, ancian@s , campesin@s . En la comunidad, nos dicen, son como 8000 habitantes, familias que han nacido ahí desde hace muchos años o familias que llegaron de otras partes.

LA GRAN CIUDAD

Pero para el gobierno Ocotlán es una comunidad conurbada a la ciudad de Puebla, una que esta dentro de un proyecto municipal-estatal-federal-internacional, “Puebla la IV Zona Metropolitana” llamada así en el gobierno de Melquiades Morales Flores, llamada “Angelópolis” antes, en el gobierno de Manuel Barttlet.

Con el gobierno de Mario Marín el nombre del Plan es difuso, porque ya no les importaba tanto ponerle nombre a estos grandes proyectos, de hecho han visto que ponerle nombre provoca mayor descontento popular, mayor indignación, solidaridad a niveles internacionales y coordinación de luchas. Los megaproyectos con ese gobierno no se estaban gritando a los 4 vientos como “Plan Millenium”, “Gran Visión”, “Plan Puebla Panamá”, ya no lo gritaban tanto, ahora se dedicaron a hacerlos pieza por pieza, una pieza separada de otra para que no los notemos.

PIEZAS DEL ROMPECABEZAS

Un puente por aquí, una excavación de pozos por allá, el rescate ecológico de Valsequillo, el boulevard y aeropuerto en Tlaltenango, todas son piezas de un rompecabezas mas grande, todas las piezas juntas dibujan un plan, un mapa: el plan geográfico de poderes nacionales e internacionales para volver a cada pieza del rompecabezas, a México, un territorio de conquista, un territorio caciquil, de despojo, de servicio a los poderosos, que nos quitan lo que es nuestro y nuestro derecho a decidir como vivir.Que nos quiten las tierras, el agua, los bosques, los peces, los mares, el petróleo, etc. y solo sirvamos para servirles.

EL PLAN PUEBLA PANAMÁ DESDE UN CONTEXTO HISTÓRICO

Por San Francisco Ocotlán pasaba un plan: el Plan Puebla Panamá. Un Plan diseñado y financiado principalmente por empresas e instituciones financieras internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) que consiste en trazar ejes “desde” Puebla hasta Panamá para facilitar el comercio y monopolio de grandes empresas provocando en los habitantes de la comunidad, o país, pobreza y despojo.

En el Plan Puebla Panamá existian ejes carreteros, industriales, de turismo, de comunicación, de concentración de la riqueza y también ejes de explotación de recursos naturales que sostengan sus grandes empresas. Uno de esos ejes de explotación pasa, como pieza del rompecabezas, por San Francisco Ocotlán.

ENRIQUECIMIENTO DE EX GOBERNADORES

Antes con la expropiación de tierras ejidales para la ampliación de la VW ; las tierras que expropiaron en esos tiempos, nos cuentan, fueron desde Ocotlán hasta lo que ahora conocemos como la zona residencial de “ La Vista ”, donde las expropiaciones se pagaron a $2.5 y $4.- el metro cuadrado, y ahora el metro por ser zona residencial vale hasta 2000 dólares (veinte mil pesos, cinco mil veces mas caro de lo que la expropiaron). Todo ya estaba planeado, expropió Piña Olaya y Barttlet, Melquiades vendieron, y dicen pobladores de la zona que Mario Marín es dueño de varios de esos terrenos cerca de la Angelópolis. La zona destinada por el dedo del gobierno y el gran capital como la zona de los ricos. Con $4 pesos expropiada la tierra un campesino no podía comprarse un kilo de verdura, ahora en su zona expropiada venden productos como cafés de $40 o vestidos de miles de pesos, inalcanzables para el dueño original de esas tierras que les fueron arrebatadas, robadas por la arbitrariedad e imposición del gobierno. Por cierto en esa ocasión, cuando se expropió la zona de lo que ahora es el centro comercial Angelópolis y aledaños, se expropiaron con el pretexto de poner un campo ecológico, pero los arbolitos, nos cuenta un afectado, duraron pocos meses y luego llegaron las maquinarias a construir.

DESPOJO, DEPREDACIÓN Y EMPOBRECIMIENTO

Regresando a Ocotlán en aquella ocasión de las expropiaciones, el gobierno, del cual hay que recordar no es de fiar, asesinó a un compañero de la comunidad y las expropiaciones se llevaron acabo y la VW se amplió ¿el beneficio de la comunidad? Cero o por el contrario, mayor despojo y empeoramiento de las condiciones de vida.

EXTRACCIÓN DE AGUA PARA OTROS

Después de eso en 1994, el gobierno volvió a pasar con sus designios por Ocotlán, y cavó cuatro pozos en la comunidad para extraer el vital líquido del agua, prometiéndoles a la comunidad que no les faltaría el agua y que instalarían una red de agua potable para ellos. Después de 13 años la comunidad sigue sin red de agua potable y sus pozos, de mas de 20 metros de profundidad, están secos por la extracción que ha hecho el gobierno.
Hoy día el gobierno pretende excavar cinco pozos mas para llevar el agua, dice “a la ciudad de Puebla”. El pueblo escasea ahora del vital líquido y no quieren que el gobierno se lleve el agua de sus tierras, y exigen que se les instale la red de agua potable que tantos años llevan prometiendo, pero el gobierno como única carta de negociación dice que: después de extraer el agua, instalan la red de agua potable y que si no aceptan manda a la fuerza pública para que los reprima. Una comunidad que recibió del gobierno expropiación de tierras, muerte, escasez de agua, promesas incumplidas ahora es calificada de delincuente por cerrar la autopista México-Puebla unas horas en busca de un diálogo justo.

LA ZONA CONURBADA Y EL PLAN PUEBLA PANAMÁ

El gobierno dice que la extracción del agua de los pozos se va a hacer. Pero su seguridad para imponer esta decisión no parte de un plan del actual gobierno de Mario Marín.

Desde 1992 el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial financiaron un estudio sobre las comunidades poblanas de Amozoc, Puebla, Coronango, Cuautlancingo, San Andrés Cholula, San Miguel Xoxtla, Juan C. Bonilla, San Pedro Cholula, Tlaltenango, Domingo Arenas, Huejotzingo y San Martin Texmelucan y las comunidades tlaxcaltecas de San Pablo del Monte, Tenancingo, Papalotla, Nativitas, Ixtacuixtla, Acuamala, Mazatecochco, Xicohtzinco, Zacatelco, Tepetitla, Zitlaltepec, Teolocholco, Zacualpan, Huactzinco, Axocomanitla, Teacalco, Ayometla, Quilehtla, Tepeyanco y Tetlatlahuca.

¿El objetivo? Hacer un estudio de transporte, terreno, recursos naturales, infraestructura, población, etc. para llevar acabo lo que llamó después el gobernador de Puebla Melquiades Morales (PRI), y el gobernador de Tlaxacala Sanchez Anaya (PRD) como el Plan de Conurbación Puebla Tlaxcala. Y lo que el diputado federal del PAN Cano Cortesano anunció el 9 de abril de 2003 en Notimex como “ la IV zona Metropolitana”, nota que decía: ”Tlaxcala, 9 Abr (Notimex).- Con la conformación de la IV Zona Metropolitana del país, la cual incluye 19 localidades de esta entidad -Tlaxacala-y 12 del estado de Puebla, diversos municipios del sur de Tlaxcala serán incluidos dentro del Plan Puebla Panamá (PPP), informó el diputado federal, Alberto Cano Cortesano.

En conferencia de prensa, el legislador por el Partido Acción Nacional (PAN) explicó que dentro del dictamen realizado por la Cámara de Diputados Federal el pasado 3 de abril, en el cual se aprueba la conformación de la IV Zona Metropolitana...”

En otros medio Cano Cortesano manifestaba que aunque el PPP no había tenido aceptación, la IV Zona sería pieza de este y que también dentro del Plan se llevaría acabo un corredor de tratamiento de agua llamado Zahuapan-Atoyac-Valsequillo, que destinaría el agua para el río Alseseca, y para estados como Michoacán.

QUITARLE EL AGUA A LA COMUNIDAD
Dos años después, hace dos años (2005), varios medios publicaron la nota de una reunión que se efectuó a principios de abril entre Mario Marín, Enrique Doger y Carlos Slim (dueño de Telcel y Telmex expropiado o privatizado gracias a un fraude de Carlos Salinas de Gortari, y que convirtió a Slim en el tercer hombre mas rico del mundo). La reunión era para que Carlos Slim invirtiera en el rescate de la presa de Valsequillo, declarando Marín, en otras ocasiones, al igual que Cano Cortesano, que aunque el PPP no haya tenido la aceptación de la gente, este rescate era pieza de un megaproyecto hacia el sur sudeste del país.

Al parecer por la posición geográfica de Ocotlán, esta se encuentra en medio del proyecto de extracción de agua Zahuapan-Atoyac-Valsequillo. También el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo han estudiado a la comunidad desde 1992 , y Ocotlán se encuentra dentro de la IV Zona Metropolitana, que a su vez es parte del PPP promovido por las instituciones financieras y se ejecuta por las autoridades estatales,( “aunque el PPP no haya tenido aceptación”)

EL AGUA PARA LOS RICOS

No se sabe si el agua que será extraída de Ocotlán servirá para las colonias de la ciudad o a las fábricas del rumbo, o será llevada a otro estado. Lo que se puede ver a ciencia cierta es que el agua se la llevan de manera indiscriminada e impuesta para sostener sus grandes planes y ambiciosos intereses personales. Que estos grandes planes implican la extinción de la comunidad para ser comida por una gran urbe proyectada para el 2025.

¿Recuerdan en las paradas de autobús, cuando estaba de presidente municipal en Puebla Paredes (PAN), carteles que decían Puebla 2025? Ahora Enrique Doger en su plan de Ayuntamiento también plantea el proyecto de la ciudad de Puebla para 2025. ¿Coincidencia en las fechas? 2025 es la fecha que planean gobiernos federales, Banco Mundial y BID para concluir la construcción del Plan Puebla Panamá. Un gran plan como el PPP requiere de grandes ciudades que lo alojen, la ciudad de Puebla se comerá a 12 municipios del Estado y 20 mas de Tlaxcala para ser en 2025 (18 años mas adelante) cuatro veces o mas su tamaño, con expectativas comerciales de ser una ciudad alternativa al D.F.

¿GOBIERNO CONTRA LA COMUNIDAD?

Este plan nos involucra a tod@s , si al parecer desde 1992 comenzaron, ya llevan 15 años de comenzarlo a construir y les faltan 18 años mas, las repercusiones ya las comenzamos a vivir y estas aumentarán considerablemente afectando completamente nuestra forma de vida, libertad, economía, salud, recursos.

Ocultan que la extracción de agua en Ocotlán es parte de un plan que nos afecta a tod@s para que no nos unamos y evitemos esta explotación indiscriminada, hacen pieza por pieza aislada para que cada descontento, cada lucha este aislada. La defensa de nuestro medio ambiente y evitar planes que conviertan nuestras comunidades en monstruos citadinos de contaminación, escasez, pobreza, crimen, desempleo, explotación es responsabilidad de todos, cuidar la vida de nosotros y de los hijos que vienen atrás de nosotros es algo que no podemos ocultar, eludir, la unión, la comunicación, la dignidad son herramientas que necesitamos para evitar que la injusticia hecha gobierno pase sobre nosotros.

Con el actual gobierno de Moreno Valle, parece que todo esto ha cambiado... y sin embargo... Ahi viene Peña Nieto!!! y la camarilla de rateros que no creo que cambien nunca!!!

lunes, 17 de septiembre de 2012

Eventos Astronómicos de la semana del 15 al 21 de Septiembre


Sábado 15 de septiembre51 Pegasi es una estrella promedio. Sin embargo, fue la primera estrella "normal" para la cual los astrónomos descubrieron un planeta acompañante. Esta justo arriba del Gran cuadrado de la constelación de Pegaso. Usted necesitará cielos oscuros para verla.

Domingo 16 de septiembre
Varias estrellas brillantes son visibles hoy temprano por la noche. La amarilla-anaranjada Arturo está en el oeste, con la rojiza-anaranjada Antares, el corazón del escorpión, baja en el suroeste. Las estrellas del Triángulo de verano Vega, Deneb y Altaír se encuentran altas en el cenit.

Lunes 17 de septiembreSolo un estrella brillante realiza su mejor espectáculo durante las noches de otoño: Fomalhaut, la luz guiadora de la constelación de Piscis Austrinus, el pez sureño. Está baja en el sureste temprano por la noche, y se dirige al sur como a la medianoche.

Martes 18 de septiembre
La banda resplandeciente de la Vía Láctea se dobla alta a través del cielo esta noche. Casi directamente por encima de la cabeza, en la constelación con forma de cruz de Cygnus el cisne, se divide en dos brillantes cordones de estrellas. Se reúnen en la constelación sureña de Centauro.

Miércoles 19 de septiembre
El planeta Marte se encuentra ligeramente hacia la derecha de la delgada Luna creciente hoy temprano por la noche. Marte se ve como una estrella moderadamente brillante.

Jueves 20 de septiembre
Antares, el corazón de Escorpio, el escorpión celeste, se encuentra hacia la izquierda de la Luna al caer la noche. Antares está clasificada como una supergigante roja, lo cual significa que es mucho más grande que el Sol y que su superficie es bastante más fría.

Viernes 21 de septiembre
Hoy será el último día del verano en el hemisferio norte celeste, como bien ya lo anuncian constelaciones como el Cisne y el Águila dominando el cielo al caer la noche.

martes, 4 de septiembre de 2012

Eventos astronómicos de la semana


Sábado 1 de septiembre
Los planetas Marte y Saturno se alinean al caer la noche. El anaranjado Marte está a la izquierda, de Saturno, el cual es ligeramente más brillante y resplandece con un tono dorado, a la derecha. Espica, la estrella más brillante de Virgo, está cerca de Saturno y hacia su derecha.

Domingo 2 de septiembre
La constelación de Cefeo, el rey, da vueltas en círculos a través del cielo del norte en las noches de septiembre. Sus estrellas más brillantes dan forma a una figura que se ve como una casa dibujada por un niño, con un cuadrado y un triángulo arriba de él. Está de cabeza al anochecer, pero se da la vuelta conforme rueda alrededor del cielo durante la noche.

Lunes 3 de septiembre
La estrella Gamma Cephei está encima de la constelación boreal de Cefeo, el rey mitológico. La constelación se ve como una casa dibujada por un niño, con Gamma Cephei en la punta del techo. La estrella consiste en dos soles y por lo menos un planeta.

Martes 4 de septiembre
El Gran cuadrado de Pegaso se encuentra arriba del horizonte oriental un par de horas después de la puesta del Sol. El cuadrado representa el cuerpo de Pegaso, el caballo volador. Está girado a un ángulo conforme asciende, así que se ve más como un diamante que un cuadrado.

Miércoles 5 de septiembre
Vega, una de las estrellas más brillantes en el cielo nocturno, pasa alta por el cenit esta noche.

Jueves 6 de septiembre
El cúmulo estelar de las Pléyades se encuentra ligeramente arriba a la izquierda de la Luna conforme ascienden. Sus estrellas más brillantes forman una pequeña cazuela. La brillante estrella anaranjada Aldebarán está debajo de la Luna, y el resplandeciente planeta Júpiter está más alejado y hacia la izquierda de la Luna.

Viernes 7 de septiembre
La luna se coloca en medio de la constelación del toro Tauro, con el grupo de estrellas o asterisco las pléyades a su derecha y la brillante y rojiza estrella Aldebarán a su izquierda, seguida del planeta Júpiter. Mañana la luna se colocará muy cerca de júpiter, en una bella conjunción, cuando ambos aparezcan tras el horizonte oriental.
Hoy, a las 7 de la noche en el PLANETARIO de Puebla, habra una conferencia y observación astronómica, si lo permite el clima, Entrada Libre.