Victor Sanchez Espinosa, el flamante arzobispo de Puebla, nombrado en 2009, pareciera ser un obispo normal, comun y corriente y, para nuestra desgracia, lo es, pues como ya muchos curas y sacerdotes, no duda en poner su titulo a disposicion del mejor postor, como algunos familiares y, ultimadamente, al servicio de Zavala, pagandole un favor, hecho a el el año anterior, he aqui las historias:
Publicado en Martes, 10 de marzo de 2009.
Este domingo hubo elecciones internas del PRI para elegir candidatos a alcaldes en el estado de Morelos. En específico, en el municipio de Axochiapan, el priista Francisco Sánchez Espinosa fue el perdedor de la contienda. El asunto no tendría mayor relevancia si no fuera porque este aspirante es hermano Víctor Sánchez Espinosa, quien el próximo 4 de abril tomará posesión como nuevo arzobispo de Puebla.
Y los anteriores datos no tendrían mayor interés si no fuera porque un grupo de operadores priistas de Puebla, que al parecer labora en una dependencia oficial, se trasladó este fin de semana a Axochiapan para ayudar a Francisco Sánchez en su intento de ganar la contienda.
La poca popularidad de Francisco Sánchez Espinosa poco ayudó para que resultaran efectivas las estrategias de movilización de los operadores priistas que llegaron desde Puebla.
Este hecho, más allá de lo anecdótico, plantea una serie de suspicacias, como son las siguientes:
Los operadores priistas de Puebla que estuvieron en Axochiapan, ¿fueron parte de la solidaridad que existe entre fuerzas del PRI de distintos estados para ayudarse en proceso electorales?
O acaso se trató de ¿un guiño político del PRI o el gobierno del estado a favor de la familia del próximo prelado católico?
Y si uno es muy mal pensado, hasta podría hacerse la siguiente pregunta: ¿no será acaso que Víctor Sánchez Espinosa negoció o solicitó ayuda al aparato priista para apoyar a su hermano?
El nuevo prelado ya dio muestras de que no le importa el Estado laico, pues trascendió que hace un par de semanas le habló directamente al secretario de Gobernación, Mario Montero Serrano, para pedirle que el Congreso local no se discuta la posible despenalización del aborto.
¿Con qué autoridad realizó esa acción Víctor Sánchez? ¿Por qué se le hace caso a un clérigo y se ignora al resto de la sociedad en un tema tan delicado como el aborto?, ¿En Gobernación ya se olvidó que no hay un solo culto religioso y que los ministros de cualquier iglesia no pueden intervenir en política?
Es claro que en Casa Aguayo no se tiene conciencia de que los poderes públicos no pueden ser influenciados por los caprichos y prejuicios del clero católico.
Curiosamente, luego de ese cabildeo ilegal e indebido de Víctor Sánchez Espinosa, en el Poder Legislativo la fracción del PRI presentó, de manera sigilosa, una iniciativa de reforma constitucional para establecer criterios derechistas en el sentido de que el Estado debe de proteger la vida desde su concepción, es decir desde que se fecunda un óvulo.
Pareciera que ese comportamiento de los legisladores tricolores y de la Secretaría de Gobernación, que es donde se autoriza el trabajo de la fracción priista y la agenda del Congreso, es ante todo una concesión al próximo obispo de Puebla. Es un claro guiño político al clero católico y es un proceso de derechización del PRI poblano.
Esa situación es muy peligrosa, ya que desde ahora se empieza a notar que Víctor Sánchez podría intentar ser un prelado al que le gusta intervenir en asuntos políticos, algo que han hecho los cuestionados jerarcas católicos Onésimo Cepeda, quien es obispo de Ecatepec, o el cardenal, Juan Sandoval Iñiguez.
Si eso ocurriera, habría un grave retroceso en Puebla, luego de que Rosendo Huesca y Pacheco se destacó por ser un prelado moderado, que sabía guardar equilibrios y respetaba los ámbitos que no eran de su competencia.
Lo de la reforma constitucional en contra del aborto que está siendo analizada en el Congreso, no es un asunto menor, ya que ahí se está plasmando el mismo criterio que el pasado 12 de diciembre de 2008 esgrimió el actual papa Benedicto XVI en contra de la interrupción del embarazo, en el sentido de que se debe de proteger al ser humano desde la concepción.
Eso es lo que van a aprobar los actuales disputados del PRI, que han resultado ser más derechistas que los militantes de Pro Vida, más obscuros que el fanático Jorge Serrano Limón y más panistas que los diputados de Acción Nacional.
Publicado en Viernes, 12 de marzo de 2010:
El arzobispo quiere poner a su primo como candidato de PRI
Tal parece que el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, empieza a dar muestras de que es un prelado con intereses políticos, que busca tener posiciones en ese terreno, ya que se dice que la candidatura del PRI para diputado local de Chiautla de Tapia está apartada para un primo del líder católico, para el ex alcalde de Chietla David Espinosa, pues sólo de esa manera se puede explicar que David Espinosa haya podido llegar a ser aspirante a candidato, luego de que goza de una muy mala fama. No en balde en su comunidad dicen de él: “Fue mal presidente y pésimo diputado”, en alusión a que fue legislador local y un alcalde que dejó mucho que desear, que protagonizó varios escándalos.
El propio David Espinosa se ha encargado de difundir que fue su primo, el arzobispo de Puebla, quien habría pactado con Casa Puebla que la diputación de Chiuatla de Tapia debe ser para él.
Dicha versión resulta creíble si se toma como antecedente que en marzo de 2009 personal de la Secretaría de Desarrollo Social se trasladó al municipio de Axochiapan, en el estado de Morelos, para operar a favor de Francisco Sánchez Espinosa, quien es hermano del arzobispo de Puebla, y buscaba ser candidato del PRI a edil de esa comunidad. Al final, el pariente del prelado perdió el proceso interno priista. Sin embargo, se evidenció que el jefe de la iglesia católica en Puebla no es alguien ajeno a buscar posiciones políticas.
Otra muestra de ese acercamiento a los grupos de poder se evidenció cuando el arzobispo cabildeó con varios diputados locales para que el año pasado se aprobara en el Congreso local una reforma constitucional antiaborto.
Ahora la iglesia católica está interesada en que no avance en los estados la posibilidad de que se autoricen matrimonios entre personas del mismo sexo y que estas parejas puedan adoptar un hijo. Por eso le interesaría a Víctor Sánchez Espinosa colocar a legisladores afines al clero y a eso obedecería el favor hacia su primo, un político que tiene fama de mediocre.
Sólo algo tan poderoso, como la petición de un arzobispo puede explicar que Espinosa esté siendo considerado como posible candidato en Chiuatla.
En ese distrito quien tiene el arraigo, el respaldo ciudadano, y sobre todo las preferencias electorales a su favor es Saúl Coronel Aguirre, quien ya fue legislador local, es oriundo de la región y ejerce un importante liderazgo como miembro de la Confederación Nacional Campesina.
Todavía está abierta la posibilidad de que Saúl Coronel sea ungido como candidato, como parte de la negociación del ex aspirante a ser abanderado priista a la gubernatura, Jesús Morales Flores, con Javier López Zavala, luego de que fue parte activa de las actividades proselitistas del hermano del ex gobernador Melquiades Morales.
Otro aspirante es Reymundo Herrera, quien ya fue alcalde de un municipio mixteco y ha sido dirigente de la CNOP.
David Espinosa fue secretario general del ayuntamiento de Chietla cuando uno de sus parientes era alcalde.
En una ocasión el ex edil aparentemente fue secuestrado. Se dice que se pagó mucho dinero por su liberación. Al mismo tiempo hubo versiones –nunca confirmadas– de que se trató de un plagio fingido.
El caso es que por ayuda de su pariente, que era el alcalde, David Espinosa logró pasar de secretario general del ayuntamiento a candidato del PRI a alcalde de Chietla en una época en que el tricolor era un partido hegemónico que no perdía las elecciones en la Mixteca poblana.
Sin embargo, Espinosa fue tan mal presidente municipal, que el malestar de la población se manifestó en que la presidencia de Atencingo fue ganada por el PRD.
La importancia de esa comunidad es que ahí se encuentra un importante ingenio azucarero y es una población con más poder económico y social que la cabecera municipal.
Al finalizar su gobierno, Espinosa enfrentó muchos problemas para que le aprobaran su cuenta pública, y además consiguió convertirse en diputado de Chiuatla de Tapia.
En el Congreso local fue compañero de curul de Javier López Zavala, y eso le valió para que hace tres años fuera nombrado delegado de la Secretaría de Desarrollo Social en la Mixteca.
Tal parecía que sus antecedentes y su pobre desempeño como gobernante ya lo habían marginado de un nuevo cargo político.
Ahora hay la posibilidad de que David Espinosa esté de regreso.
Quizá por obra y gracia de su primo, quien dice no interesarle la política, pero ya sabemos que en México cuando una figura pública promete algo en un sentido, acaba haciendo lo contrario.
¿O no, señor arzobispo?.
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