Manuel Bartlett es un cínico.
Así queda evidenciado en la entrevista que le dio al periodista Arturo Rueda, director de Cambio.
Vea uste...
Pero primero vayamos a la definición que da el Diccionario de la Real Academia Española:
“cínico, ca. (Del lat. cynĭcus, y este del gr. κυνικός).“1. adj. Que muestra cinismo (desvergüenza). “Mirada, alegría cínica. Apl. a pers., u. t. c. s.“2. adj. Impúdico, procaz”.
Vayamos a sus declaraciones publicadas, por cierto, en el influyente diario 24 Horas, cuyo director es Raymundo Riva Palacio.Primer tema: Carlos Salinas de Gortari.
Rueda le preguntó directamente:
“Usted formó parte del gabinete de Carlos Salinas de Gortari cuando inició está derechización. (...) Dice usted que Carlos Salinas engañó al país y al PRI, ¿También a usted lo engañó?La respuesta de Bartlett está hecha de un cinismo desbordado:
“A mí, a todos. No sabíamos que había llegado a un acuerdo secreto con el PAN, en donde estaba además el compromiso de Salinas de entregarle posiciones, que fue cuando empezaron las concertaciones y arrancaron en Baja California”.
En otras palabras: Bartlett fue engañado por Salinas.
El lobo engañado por Caperucita.
El jefe del asesino intelectual de Buendía engañado como una colegiala.
El responsable de la caída del Sistema metido en el traje del ingenuo, del sastre de pueblito.
El último secretario de Gobernación de seis años sorprendido como un niño.
El Bartlett asediado por Proceso a raíz de la muerte de un agente de la DEA engatusado como un menor de edad.
El de la leyenda negra.
El de los mensajes de Bucareli.
El ogro, el malo de la película, el tenebroso.
Más adelante, Rueda arremete:
“¿No teme usted por ejemplo que en esta campaña electoral trate de haber un golpeteo aprovechando condiciones de su gobierno, cosas públicas, administrativas, financieras, que se saquen documentos, cuentas públicas?
Bartlett se enoja y así responde:
“La política es una actividad que cuando se toma en serio, cuando tú vas a defender ideas y tratar de sacarlas adelante pues implica un riesgo, hay políticos que no corren un riesgo, yo siempre he corrido riesgos en la política, ¿Tú crees que fue muy sencillo lanzar mi precandidatura a la Presidencia de la República contra Zedillo? ¿O estarle señalando a este personaje que se llama Salinas de Gortari sus tiranías, decirle a Salinas ‘fíjate que no me voy al extranjero o escribir 10 años en contra de Calderón y Fox, presidentes de la República, armados con el Ejército atrás’?
“La política es un riesgo si vas a hacer realmente política, ahora dices ‘¿No teme usted que escudriñen algún personaje que hiciera algunos comentarios?’, van a sacarle a Bartlett unos cadáveres del clóset, van a sacar unos expedientes negros de Casa Puebla.“Imagínate tú. Si no me espantan presidentes armados ¿me van a espantar otros menores? Tengo la vida limpia, jamás me han podido acusar de corrupción, cuando Salinas me pidió que me quedara en Gobernación, siendo ya candidato, me dice ‘quédate en Gobernación, es una garantía’, me dijo algo que nunca se me olvidó: ‘fíjate que te buscamos y no encontramos nada’; entonces si van a buscar cadáveres, no se vayan a encontrar los suyos.”
El ingenuo Bartlett es la imagen viva de quien se ve acorralado.
Aquél que sólo sabe moverse en la oscuridad.
Y más: en la amenaza:
“Si van a buscar cadáveres, no se vayan a encontrar los suyos.”
En otras palabras: se cura en salud ante el riesgo de que salgan sus cadáveres del clóset.
Por eso agrega:
“La política es un riesgo ¿Que está lleno de tiradores de lodo?, pues sí. ¿Que me han mandado a decir lo que tú me dijiste hoy?, desde que supieron que yo venía para acá me dijeron que me iban a hacer pedazos, pero lo más que me pueden decir fue lo que tú me dijiste ahorita, la caída del sistema y ¿eso qué es? ¿Qué me pueden buscar? En política el que tenga la lengua larga que tenga la cola corta, pero yo no tengo miedo, no le he tenido miedo a grandes imagínate a chiquitos.”
La gramática mental dibuja al contendiente.
La gramática de Bartlett el lopezobradorista lo retrata de pies a cabeza.
Sí: es un Bartlett desdibujado que tira lodo para encontrarse con los polvos de aquellos lodos: sus lodos.
No los de otros.
Los suyos.
Los de siempre.
Es Bartlett, sí, el de la República Amorosa.
No podía ser de otra manera.
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