Conspirar o morir
A partir de la entrevista que Porfirio Díaz concede al periodista norteamericano James Creelman, en la que asegura no buscará reelegirse para el periodo de 1910-1916 y que, por el contario, vería con buenos ojos el surgimiento de partidos políticos de oposición, se desata en México un periodo de efervescencia política de la que toman parte, entre otros, el general Bernardo Reyes y Francisco I. Madero. Al paso de las semanas, Reyes declinará contender electoralmente en contra de Porfirio Díaz. Por su parte, Madero dará vida al Partido Antirreeleccionista quien finalmente enfrentará al Partido Reeleccionista que postulaba Díaz.
Ante la proximidad de las elecciones no todos los partidarios de Francisco I. Madero confían en la legalidad de los comicios por lo que deciden armarse para defender el posible triunfo en la urnas de Madero. Uno de estos que desconfiaban de Porfirio Díaz era Aquiles Serdán. De tal suerte que a partir al menos de marzo de 1910 se da a la tarea de acopiar armas y convencer a sus correligionarios de prepararse a defender los resultados de la votación.
Como sabemos, la elección resultó fraudulenta y Porfirio Díaz, a sus ochenta años, es nuevamente reelecto. Durante los siguientes meses los antirreeleccionistas son perseguidos al grado que los más conocidos de entre ellos deben abandonar México, refugiándose en Estados Unidos, en Texas primordialmente.
Desde esa ciudad norteamericana se lanzará el Plan de San Luis, en el cual Francisco I. Madero convoca al país a levantarse en armas contra la dictadura del General Díaz, declarando como fecha inicial del levantamiento el 20 de noviembre de 1910 a las 6 de la tarde, momento en que el propio Madero entrará a territorio mexicano en la histórica Ciudad Juárez.
Todo estaba acordado y los antirreeleccionistas permanecieron a la espera del 20 de noviembre, cuando de pronto la policía de la ciudad de México descubre la conspiración maderista.
La detención de los correos antirreeleccionistas y de Francisco Cosío Robelo
10-13 noviembre 1910
La conspiración antirreeleccionista se efectuaba en todo el país con discreción y cierto sigilo pero no sin que la policía llegase a sospechar sobre los movimientos y participación de ciertas personas y grupos en ella. De ahí que la vigilancia sobre los antirreeleccionistas más notables y el patrullaje de los caminos y estaciones de pasaje continuaba. Estas acciones dieron frutos en los primeros días de noviembre con la captura de una persona que entre su equipaje llevaba documentos relacionados con el movimiento revolucionario maderista.
El País.
Diario Católico.
Año XII. Num. 3,568. Méjico.
Miércoles 16 de noviembre de 1910.
La policía (de la ciudad de México) descubrió que un viajero procedente de Pachuca, capital del Estado de Hidalgo, traía en su petaca documentos y papeles con los cuales hacía propaganda muy especialmente entre los presidentes de determinados clubs de las ciudades de mayor importancia de la República.
Esto dio motivo a que la Inspección General de Policía ordenara una investigación, que se efectúa con gran sigilo, habiéndose logrado ya varias aprehensiones y efectuado el cateo de algunas casas en las que había sospecha de la existencia de documentos y correspondencias que guiarán a la policía para descubrir a las personas relacionadas con tan inesperado suceso. (…) Entre otros aprehendidos por la policía se encuentra el señor Francisco Cosío Robelo, persona que con mucha frecuencia ha hecho viajes a distintos puntos del país, se ignora con qué objeto.
La aprehensión de Cosío Robelo resulta comprometedora para la causa antirreeleccionista poblana y especialmente para Aquiles y Carmen Serdán, pues al catear la casa de Cosío son hallados documentos que los mencionan y comprometen.
Resultados del cateo de la casa de Cosío Robelo
El País.
Diario Católico.
Año XII. Num. 3,568. Méjico.
Miércoles 16 de noviembre de 1910.
Se presume que Cosío Robelo era el agente general propagandístico de don Francisco Madero, porque distribuía las proclamas, los nombramientos y las armas; él hacía frecuentes viajes a distintas ciudades y conferenciaba con adeptos; él tenía el encargo de conseguir hombres y dinero. Traía en uno de los bolsillos del saco un racimo de llaves de distintos tamaños y se le preguntó a qué muebles correspondían dichas llaves. Cosío Robelo se negó a decirlo como se negó también a decir cuál era su domicilio; pero don Francisco Chávez lo averiguó al cabo de las pesquisas. (…) Cosío Robelo tenía a la vez propagandistas y correos, y ellos le informaban de la marcha de la instigación, de los prosélitos alcanzados, de las combinaciones formadas para alcanzar el mayor número de recursos; pero hay que observar que no se citan nombres de personas ni lugares de reunión. Probablemente esto se hacía en lo confidencial. (…) Como se esperaba y lo manifestamos en nuestra edición anterior, al efectuarse el cateo en la casa de Cosío Robelo, por D. Francisco Chávez y D. Jesús González Ribas (sic), primero y segundo jefes de la Policía Reservada, se hallaron documentos que indican el plan trazado para la conspiración fracasada. (…) Toda la documentación fue entregada la misma noche al señor Inspector General de Policía, que duró examinándola algunas horas.
A los documentos encontrados se sumará la declaración de Cosío Robelo cuyos detalles incriminaban a Aquiles y Carmen Serdán y ponían de manifiesto un plan orquestado nacionalmente para el alzamiento revolucionario.
Declara Cosío Robelo sobre Aquiles Serdán Alatriste
“…que luego que el Congreso hizo la declaración de Presidente y Vicepresidente, que como se sabe fue contraria al maderismo, el que declara, cumpliendo con su compromiso se dedicó a la comprobación y reunión de elementos propios para la revolución armada, (así que) emprendió viaje a Puebla en busca de Aquiles Serdán a quien no encontró porque precisamente había salido para San Antonio Texas, pero habló con otros individuos que en este momento no recuerda por sus nombres pero que deben constar en sus apuntes o en su correspondencia y los encontró perfectamente dispuestos a la revuelta sin más condición que la de que Aquiles Serdán encabezara como jefe el movimiento y se les dieran armas o credenciales para conseguir dinero y proveerse de armas. (…) que a fines de octubre recibió carta de Madero en la que encomendaba por conducto de algunos de los comprometidos en Pachuca se compraran dos máquinas para disparar barrenos a distancia y sin riesgo para el operador, debiendo ser una de doce barrenos y la otra de menos; que el declarante habló a Jesús Silva a Pachuca por teléfono, diciéndole que necesitaba a Rosales; que Silva transmitió su recado a Rosales y este acudió al día siguiente al llamado del que declara. Que una vez impuesto Rosales del asunto se proveyó de las dos máquinas, ignorando el declarante dónde las adquirió, y se las entregó. Que una de esas máquinas, la chica, la mandó el que declara a Puebla a Aquiles Serdán, quien seguro supo el exponente debía emplearse en volar un tranvía de ferrocarril.
Asimismo entre las pertenecías decomisadas a Cosío Robelo se encontró una carta dirigida a Carmen Serdán:
15 de octubre de 1910
Srita. Carmen Serdán. Puebla, Pue.
Muy estimada señorita.
Le doy las más expresivas gracias por la eficacia con que se sirvió atender la súplica que con un enviado le hice. Tenemos pensado mandar una persona de confianza a San Antonio, y teniendo en cuenta que Aquiles está allá, desearíamos saber, para el caso de resolvernos, si alguna de Uds. quisiera ir. El viaje en caso de hacerse, será a mediados de la semana entrante. En espera de su respuesta, me es grato suscribirme suyo Afmo. Atto. Amigo y respetuoso S.S. F. Cosío Robelo.
Como vemos la carta sobre Carmen Serdán encontrada entre las pertenencias de Cosío Robelo la hacía sospechosa pero su contenido no tenía la contundencia necesaria para considerarla una activista antirreeleccionista peligrosa pues la misión de correo entre Puebla y Texas no parecía revestir mayor peligro para el gobierno.
Aún así resultaba evidente para las fuerzas gubernamentales que se avecinaban acciones de fuerza por parte de los antirreeleccionistas. Estas sospechas se ahondaron al día siguiente, 14 de noviembre, con la llegada a Puebla de un oficial de la policía de la ciudad de México portando instrucciones para que se efectuaran acciones específicas contra ciertos conspiradores antirreeleccionistas.
La orden de cateo y aprehensión de los Rousset
14 noviembre 1910
Conforme se acerca la fecha del levantamiento revolucionario nacional ambos bandos en pugna, antirreeleccionistas y autoridades de los gobiernos federal y estatales, se vigilan mutuamente con profusión. Dicha vigilancia de la policía sobre los conspiradores antirreeleccionistas, aunada a las detenciones de los correos provenientes de Pachuca, provocan que en la Ciudad de México sea conocido un posible embarque de armas destinado a Puebla y dirigido específicamente a los hermanos Rousset. Por ello llega a Puebla Luis G. Barragán, Subcomisionado de Policía de aquella ciudad, se entrevista con el jefe político e informa al Juez de Distrito sobre el embarque de armas. Lo expuesto por Barragán le permite a la policía solicitar el cateo y arresto de estos hermanos:
El catorce de noviembre de mil novecientos diez a las diez de la mañana compareció ante este Juzgado el señor Luis G. Barragán y habiendo manifestado tener algo que comunicar con referencia al hecho que se investiga en este proceso, se le recibió protesta de producirse con verdad y expuso que se llama como queda escrito, originario y vecino de México, casado, de cuarenta y dos años de edad y empleado. Examinado como corresponde declaró: que es subcomisario de Policía de México y por razones de su cargo ha tenido noticia que viene a comunicar a este Juzgado para lo que tenga a bien disponer, que en la casa número cuatro de la calle de los Loros, habitación de los señores Antonio y Benito Rousset se encuentran ochenta carabinas de las que Aquiles Serdán destinaba y quizá destina a repartir entre los partidarios de Francisco I. Madero para sostener la candidatura de éste a la Presidencia de la República. El C. Juez dijo: que apareciendo de la declaración que antecede algún indicio de que en la casa número cuatro de la calle de los Loros, habitación de Antonio y Benito Rousset, pueden concentrarse algunas de las armas que se dice fueron repartidas para cometer el delito de rebelión materia de la presente causa, y teniendo en cuenta lo dispuesto por el artículo ciento cuarenta y siete del Código Federal de Procedimientos Penales, se decreta la visita domiciliaria en la referida casa con objeto de cerciorarse de si existen en ella las armas de que se trata y se encarga al Jefe de la Policía en esta ciudad C. Coronel Miguel Cabrera, que asociado al compareciente señor Luis G. Barragán practique tal diligencia, quedando facultado también para proceder en el caso de hallarse las repetidas armas a recogerlas y a la captura de los Rousset y demás que aparezcan responsables presuntos de la ocultación.
Con tal información se expide la orden solicitada y se le ordena al Jefe de la Policía poblana, Miguel Cabrera, que la cumpla inmediatamente.
Informe de Miguel Cabrera sobre el cateo a la casa de los Rousset
15- 16 de noviembre 1910
Al mediodía del 14 de noviembre Miguel Cabrera acompañado por Luis G. Barragán y cuarenta policías se presenta a efectuar la orden de cateo y aprehensión en la casa de la familia Rousset.
El cateo de la casa de los Rousset resulta infructuoso y se transforma en una acción vergonzante para la policía.
El País.
Diario Católico.
Año XII. Num. 3569. Méjico.
Jueves 17 de noviembre de 1910.
Puebla, 16 de noviembre.- Anteayer (lunes 14), como a la una de la tarde el jefe de la policía de esta ciudad, don Miguel Cabrera, acompañado de cuarenta policías, se presentó en la casa del señor Benito Rousset, ubicada en la calle de los Loros, con objeto de practicar allí un cateo, pues según instrucciones que llevaba el Subcomisario don Luis G. Barragán, que vino expresamente de Méjico a este negocio, en la citada casa marcada con el número cuatro, se encontraba un cargamento de armas destinada a una revuelta contra el Gobierno Mejicano.
En la mencionada casa viven los señores Rafael, Antonio y Benito Rousset, quienes estaban comiendo cuando se presentó en tropel la policía.
El comandante Cabrera exhibió una orden del Juez de Distrito en el Estado, Lic. Wilehado Flores, para efectuar el cateo en aquel domicilio, y acto seguido comenzó el cateo en una forma completamente desconsiderada, para buscar quinientos maussers, que según Barragán, se encontraban allí.
Entretanto las azoteas de la casa eran custodiadas por otros policías para evitar que alguien escapara por allí o pusieran fuera del alcance de la policía las armas que se buscaban.
Cabrera dio orden de que los policías destruyeran almohadas, cojines, colchones, todo, todo cuanto infundía sospechas de guardar los famosos maussers.
Los Rousett eran una familia importante en esos años. En la Guía General Descriptiva de la República Mexicana del año de 1900, en el capítulo destinado a Puebla se lee:
Directorio Profesional:
Comisionistas:
Rousset Hermanos, Loros No. 4.
De ahí que la fallida intentona de la policía levantara revuelo entra la población, ya que al no haber resultados parecía más un abuso que una pesquisa antirrevolucionaria justificada. De tal suerte los diarios condenaron fuertemente el asunto.
Puebla, 16 de noviembre.- Anteayer (lunes 14), como a la una de la tarde el jefe de la policía de esta ciudad, don Miguel Cabrera, acompañado de cuarenta policías, se presentó en la casa del señor Benito Rousset, ubicada en la calle de los Loros, con objeto de practicar allí un cateo, pues según instrucciones que llevaba el Subcomisario don Luis G. Barragán, que vino expresamente de Méjico a este negocio, en la citada casa marcada con el número cuatro, se encontraba un cargamento de armas destinada a una revuelta contra el Gobierno Mejicano.
La presentación brusca de la policía produjo extraordinaria alarma en la familia del señor Rousset, y las señoras fueron presas de accidentes por lo inesperado de las maniobras.
Registradas cajas, armarios y demás útiles de casa, destruidos colchones, almohadas y cuanto inspiró sospechas al jefe de la policía, no se encontraron las armas que se buscaban; pero en cambio, estuvo a punto de perder la vida la señora madre de los hermanos Rousset, pero fue atendida inmediatamente y pudieron salvarla.
Aunque la orden del Juez de Distrito para catear no comprendía la casa del señor Luis Blandinier, también fue cateada ésta.
La policía rompió las armellas que aseguraban la puertas para penetrar al apartamento de fotografía del señor Rousset, cateó las bodegas del piso bajo escrupulosamente, no habiendo sitio que no fuera registrado.
El señor Rousset se queja contra la arbitrariedades de que fue objeto por parte de la policía, pues ésta llegó hasta a registrar su correspondencia privada, sin encontrar ni documentos ni el armamento que buscaba. En la fotografía encontró la policía al señor Rafael Domínguez Toledano, empleado en el Departamento de Glosa del Gobierno del Estado. El señor Domínguez Toledano había ido a recoger unos retratos.
El Comandante Cabrera lo mandó incomunicado al Cuartel de la Merced, en donde permanece a disposición del Juez de Distrito. Se le cree culpable de haber dado aviso a Rousset o a los inodados (sic) en este negocio, de los pasos de la policía, lo cual es inexacto, pues el señor Domínguez Toledano puede probar que iba por unos retratos.
Es probable que en algún momento previa al cateo efectivamente estuvieran en la casa de los Rousset las armas mencionadas y al parecer como una acción fortuita y no como consecuencia de una denuncia, las armas fueron cambiadas de lugar, quizás a la propia casa de los Serdán puesto que en su declaración preparatoria Carmen Serdán asegura:
…sus citados hermanos (Aquiles y Máximo) hacía poco que habían recibido más cajas que contenían armas… (Declaración del 19 de noviembre de 1910, Juzgado del Cuartel de Policía).
Como dije es posible que se tratase de estas mismas enviadas a los Rousset. Por su parte, en la carta atribuida a Manuel Velázquez se asegura que se hicieron embarques de armas desde la ciudad de México a través del Ferrocarril Interoceánico.
En su informe sobre el cateo a la casa de los Rousset, Miguel Cabrera, jefe de la policía poblana, se trasluce decepcionado por la fallida acción:
Al C. Juez de Distrito.
Presente.
Puebla de Zaragoza, 15 de noviembre de 1910.
Cumpliendo con el respetable oficio No. 4263 fechado ayer en el que se sirve Ud. instruirme su decreto de la propia fecha, acompañado del señor Luis G. Barragán, nos trasladamos a la casa número 4 de la calle de “Los Loros” habitación de Antonio y Benito Rousset acusados del delito de rebelión en donde se practicó la visita domiciliaria sin encontrarse armas de ninguna especie.
Lo que tengo la honra de informar a Ud. en respuesta a su oficio citado arriba.
El Jefe del Cuerpo.
Miguel Cabrera.
A pesar de no haberse hallado armas o cualquier otro objeto o documentación que incriminase a los Rousset, éstos son arrestados.
El País.
Diario Católico.
Año XII. Num. 3569. Méjico.
Jueves 17 de noviembre de 1910.
Los señores Rousset, así como todas las personas de su familia, señoras, señoritas y niños, fueron detenidos con objeto de investigar el paradero de las armas de los maderistas.
A pesar de lo riguroso de la incomunicación, de la alarma que se sembró allí, de todas las circunstancias que concurrieron en el cateo inesperado y violento, nada se pudo sacar en claro.
En cambio, todo el vecindario se alarmó, porque se creía que se trataba de un pronunciamiento, dado el considerable número de guardianes que con las armas preparadas y la bayoneta calada recorrían todos los sitios que les indicaba el comandante Cabrera.
Lo aparatoso de las acciones de la policía en contra de los Rousset, provocó alarma entre la población porque:
…se teme que haya algunos disturbios pues la ciudad es recorrida por patrullas de rurales y de policías, y se ha ordenado que todos los cuerpos de Rurales destacados en diversas poblaciones del Estado, vengan hacia la capital.
El gobernador don Mucio Martínez que estaba ausente ha regresado.
Efectivamente Mucio Martínez acompañaba al Vicepresidente Ramón Corral en una estancia que éste hacía en el balneario “El Riego” de Tehuacán. En el informe que Martínez le envía el 19 de noviembre al secretario de gobernación lo menciona:
Al Secretario de Gobernación. México.
Puebla de Zaragoza, 19 de noviembre de 1910.
Tengo a honra poner en conocimiento de Ud. que antenoche, al regresar de Tehuacán…
Finalmente la fallida acción de la policía poblana dejará con muy mal ánimo al coronel Miguel Cabrera quien decide dar un golpe espectacular en contra de los antirreeleccionistas poblanos arrestando a Aquiles Serdán; sin embargo, las cosas no resultarán como las imaginó y el 18 de noviembre se encontrarán Cabrera y Serdán en la casa de los conspiradores. Encuentro que terminará con la vida de ambos.
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