El Tlalocan en la mitología náhuatl era el paraíso del dios de la lluvia, el gran Tlaloc. A este sitio fértil y colmado de verdor arribaban los seres que habían fallecido en algún acontecimiento de cualquier naturaleza, pero relacionado con el agua, por ejemplo los ahogados, o aquellos quienes murieron a consecuencia del contacto fulminante de un rayo.
Era un lugar de sortilegio sobrenatural que se hallaba rumbo al Oriente, región donde abundaban los alimentos, territorios donde los habitantes dichosos, parecían estar siempre en estado de Jauja, saciados y alegres entre danzas y cantos. En un famoso fresco de Teotihuacan, la ciudad sagrada, se representa este lugar de Otredades exquisitas y bienaventuranza sin límites.
En el Tlalocan también se recibía a los desdichados que perdían la vida por causa de la terrible enfermedad de la lepra. El Tlalocan es en esencia, un enclave apacible, repleto de vegetación en donde crecen toda clase de árboles frutales, también maíz, chía, frijoles y otras maravillas. La vida allí es plenamente feliz.
Se guardan descripciones de esta divina morada del dios Tlaloc- uno de los más importantes del panteón azteca, junto al Colibrí Zurdo, Huitzilopochtli- gracias a los escritos hechos por el padre Sahagún de testimonios que escuchara en palabras de los propios indígenas mesoamericanos.
Este era el hogar del dios Tlaloc, aquí mora con sus ayudantes, los Tlaloques, geniecillos que se situaban en las cuatro esquinas del mundo y donde se afanan para sostener unos jarros en donde se concentran diferentes tipos de lluvia: las que brindaban prosperas cosechas, las que las malograban, las que generaban heladas, las que producían tormentas, etc. En el instante en el que los Tlaloques chocaban sus recipientes estos generaban los truenos y cuando las impactaban hasta romperlas se suscitaban los pavorosos rayos.
Tlaloc siempre vigilante de esto, con su máscara de anteojos de serpientes entrelazadas, su rostro pintado de amarillo triste, su ropa orlada de gotas de hule, gotas de lluvia en símbolo. Y sus enormes fauces bestiales formando una entrada secreta al inframundo, algo que bien advirtieron los Olmecas en sus representaciones de este numen: la ruta al paraíso también lleva a veces al infierno.
¡Ah! Ve a todas partes.
!Ah¡ Ve, extiéndete en el Poyauhtlan.
Con sonajas de nieblas
es llevado al Tlalocan.
Tomado del himno a Tlaloc. Tlaloc Icuic.
Tamoanchan
Tamoanchan es un lugar mítico paradisíaco de las culturas mesoamericanas del período posclásico. Según distintos mitos, es un paraíso terrenal, habitado por diversos dioses, y en él se inventó el pulque y se creó el hombre. Se dice que estaba localizado "arriba de los trece cielos" o "sobre todos los aires y los nueve cielos".
Tiene extensa relación con Tlalocan, otro de los paraísos mexicas, o el mismo, según algunos autores, para quienes Tamoanchan es solo el árbol mágico florido (en náhuatl Xochitlicacan) dentro de Tlalocan.
Algunos mitos hablan de Tamoanchan como el lugar habitado por la diosa Xochiquetzal, patrona de las mujeres solteras, de la belleza y del amor. Su morada se registra como Tamoanchan, Itzicayan o Xochitlicacan. Xochitlicacan también puede ser el nombre de un árbol florido en Tamoanchan, cuyas flores tenían la propiedad mágica de convertir a quien las tocara en un fiel enamorado, y estaba prohibido cortarlas. Un día el árbol se rompió y las flores empezaron a sangrar, según un mito, por haberlas cortado, y según otro, por haber pecado Xochiquétzal con Tezcatlipoca, estando casada ésta con Tláloc o con Cinteotl. Después de este sacrilegio, los dioses Tonacatecuhtli y Tonacacíhuatl expulsaron a los dioses de Tamoanchan, mandando a algunos a la Tierra y a otros al inframundo. Algunos de los dioses expulsados son Achitometl, Huitzilopochtli, Itzpapálotl, Mixcóatl, Quetzalcóatl, Tzontémoc, Tlahuizcalpantecuhtli y Yacatecuhtli.
Otro mito describe a Tamoanchan como el lugar al que el dios Quetzalcóatl y la diosa Quilaztli llevaron los huesos sagrados con los que se hicieron los primeros hombres. También se dice que de Tamoanchan provenía Teteo Innan (la madre de los dioses), también llamada Toci. Itzpapálotl (mariposa de obsidiana) también tiene relación con Tamoanchan.
Tamoanchan también es visto por algunos autores como un lugar físico, histórico, situado en la costa del Golfo de México.
Etimología
El vocablo Tamoanchan no es de origen mexica, sino maya: Timoancán. Usualmente se le asocia con la cultura olmeca, considerada por muchos como la cultura madre mesoamericana. También es posible que Teotihuacan haya sido el lugar asociado posteriormente por los mexicas con Tamoanchan. Algunos autores refieren al vocablo Timoancán como originario de la lengua maya de la Huasteca, y que significa Montaña de la serpiente o Lugar de serpientes.
Los mexicas también le llamaban Xochitlicacan o Xochitlalpan (tierra de las flores).
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